No va a ser fácil. En primer lugar porque la etapa del domingo, que es un homaneja a Telefónica, no se adapta en absoluto a las características del equipo que patrocina la empresa homenajeada,
Movistar Team.
La Vuelta finalizará en el Distrito Telefónica con una contrarreloj llana que a buen seguro no ayudará a que
Enric Mas pueda ganar la carrera. En todo caso, visto lo visto ayer en Cuitu Negru, el mallorquín lo va intentar. Tras dos semanas de competición ha demostrado ser de largo el segundo mejor de la carrera tras Primoz Roglic y, salvo que Ben O'Connor aguante, debería finalizar por cuarta vez en su carrera segundo en la clasificación final.
De aquí al domingo, sin embargo, pueden pasar muchas cosas y Enric a buen seguro que, a su manera, va a seguir intentando cazar a un Roglic que hasta el momento sólo falló un día en el que, por culpa de una bajada larga, Enric no pudo sacar ventaja y casi acabó perdiéndolo todo por un susto que pudo acabar en drama camino de Granada.
Movistar tiene el equipo reventado:
Oier Lazkano se cayó y no puede aguantar en las fugas, lo mismo le pasaba a Pelayo Sánchez hasta que se retiró ayer,
Nairo Quintana venía malherido de Burgos y apenas si puede tirar del grupo en llano y
Einer Rubio. Bueno, no sabemos exactamente qué le pasa al séptimo del pasado Giro, pero en cuanto la carretera se empina, se queda.
Jorge Arcas tampoco está subiendo como se le espera y el único que está al cien por cien, como siempre, es un Nelson Oliveira al que no se le puede exigir en alta montaña porque está para otras cosas. Por último, Carlos Canal, que salvo meterse en alguna escapada, tampoco está cuando se juegan las habichuelas.
En resumidas cuentas, que Enric está solo. No tiene compañeros para que se cuelen en escapadas y puedan esperarle al final de las etapas para trabajarle, no tiene compañeros para que aguante con él en las rampas más duras ni para que dinamiten las etapas. No tendría compañeros para controlar la carrera si se vistiera de rojo.
Movistar está malherido, pero Mas está más fuerte que nunca y tiene la moral alta. No hay excusas y no las está poniendo. Cada vez que le preguntan en meta que quién es su favorito él responde: Enric Mas.
No importa que el recorrido de la carrera no se lo hagan a su medida, que le pongan pocas llegadas en alto, que le metan una crono en la última etapa o que su equipo esté destrozado por los infortunios. Es su momento. Sueña con honrar a Telefónica en Madrid el domingo. ¿Podrá hacerlo?