Tal y como se esperaba, la Milán-San Remo fue un espectáculo protagonizado por dos hombres: el campeón del mundo Tadej Pogacar, que desafió a su predecesor, Mathieu van der Poel. Sin embargo, a la tercera no fue la vencida para el esloveno, que intentó lo imposible con un ataque en la Cipressa, pero no logró imponerse. Aun así, ambos corredores demostraron estar en plena forma, lo que resulta muy prometedor de cara a las próximas clásicas de adoquines.
"La cuestión es qué significa esto para el resto de la primavera", comentó el exdirector del equipo Lotto, Marc Sergeant, en su análisis para Het Nieuwsblad. "Van der Poel puede haber salido vencedor del duelo del sábado, pero eso también tuvo que ver con el recorrido. En el Poggio, Pogacar no puede descolgar al holandés porque esa subida no es lo suficientemente empinada".
Según Sergeant, las opciones de Pogacar en el Tour de Flandes serán mucho mayores, ya que el recorrido incluye subidas considerablemente más exigentes. "En el Oude Kwaremont o el Paterberg, el esloveno podrá desplegar sus cualidades mucho mejor. Van der Poel es muy explosivo, pero también tiene que cargar con más kilos. Si Pogacar consigue una ventaja de quince segundos, ya no lo volverán a ver".
"Pero esperemos que no veamos siempre un duelo entre Pogacar y Van der Poel. Y que consigan más oposición", añadió Sergeant. ¿De quién debería llegar esa oposición? El belga señala al gran ausente de la Milán-San Remo: Wout van Aert.
El corredor del Visma - Lease a Bike no encontró sus mejores sensaciones en las clásicas de principios de temporada y ha optado por preparar minuciosamente el Tour de Flandes y la París-Roubaix en el Teide para llegar en su mejor estado de forma. "Se está preparando meticulosamente para poder competir con Pogacar y Van der Poel. Solo hay un problema: el nivel de estos dos corredores es excepcionalmente alto", concluyó Sergeant.