Tom Pidcock está brillando en este inicio de temporada con su nuevo equipo, el Q36.5 Pro Cycling Team. Lo ha vuelto a demostrar en una carrera por etapas de prestigio como la Tirreno Adriático. A falta de una jornada para el final de la prueba, el británico se encuentra sexto en la clasificación general, a 56 segundos del líder Juan Ayuso.
Reflexionando sobre la sexta y penúltima etapa, Pidcock admitió sentirse frustrado por cómo se desarrolló la carrera, especialmente en los momentos decisivos contra Ayuso.
"Siempre es difícil mantener el ritmo en subidas como ésta, no entrar en el rojo, pero en realidad creo que mi zona roja era un poco más alta de lo que pensaba", explicó a Cycling Pro Net. "Y claro, Ayuso te presionaba mucho con todos esos ataques y aceleraciones".
El momento decisivo de la etapa llegó cuando Ayuso aceleró en un córner, pillando a Pidcock ligeramente desprevenido.
"Estaba respondiendo a estos ataques, y sí, dejé ir un poco la rueda en esta curva porque pensé, 'Ah, vamos a doblar la curva juntos', pero él siguió pisando el pedal", admitió Pidcock. "Dejé un pequeño hueco, y entonces... sí, no sé, debería haber cerrado ese hueco. Debería haberlo hecho".
A pesar de la frustración, Pidcock reconoció que perder contra Ayuso no fue ninguna vergüenza.
"No es una pena, por supuesto, perder contra Juan Ayuso. Pero es mejor ganarle seguro".
A medida que la carrera se acercaba al final, Pidcock también se encontró luchando con Jay Vine por el segundo puesto.
"En ese momento, sólo buscaba los bonusseconds, para ser sincero".
Aunque el segundo puesto sigue siendo un resultado impresionante, Pidcock se sintió más frustrado que satisfecho.
"No, estoy un poco frustrado conmigo mismo, lo cual... ya sabes, es el peor sentimiento con el que se puede salir de una carrera, la verdad", admitió de cabeza. "Pero no, puedo estar contento. El mérito es de los chicos, que han trabajado muy duro hoy, incluso antes de que se encendieran las cámaras. Se han entregado al 100%, así que estoy un poco decepcionado por no haber podido rematar la faena".
Una de las grandes incógnitas antes de la etapa era si la subida se adaptaba a los puntos fuertes de Pidcock. Se esperaba que la subida de 8 km al 8% fuera manejable para el británico, pero ahora siente que sus preferencias en las subidas están cambiando.
"Si me lo hubieran preguntado el año pasado, habría dicho que me iría bien. Pero ahora prefiero las subidas cada vez más empinadas", reveló. "Pero no, estuvo bien".