Con la mayor victoria de su carrera en la
Vuelta a España,
Sepp Kuss ha dejado de ser un superdoméstico para convertirse en un ganador de Grandes Vueltas. Sin embargo, el estadounidense insiste en que en el
Tour de Francia prefiere correr sin la presión del liderazgo.
"Me merecía ganar la Vuelta", dice Kuss desafiante en una entrevista con el sitio web holandés de ciclismo Wielerrevue. "Antes de la Vuelta, no me preocupaba en absoluto ganar. Pensaba que tendría que ayudar a Vingegaard y Roglic en la clasificación y que tal vez habría una oportunidad para mí de ganar una etapa. Miré el programa de ruta para ver qué etapas podía tomarme con más calma para ahorrar algo de energía".
Ahora que Primoz Roglic ha dejado el equipo, se ha abierto un hueco para liderar la Gran Vuelta en 2024. "Ahora está claro de lo que soy capaz", dice el estadounidense. "He demostrado durante tres semanas que puedo rendir a un alto nivel e incluso puedo ganar una Gran Vuelta". Sin embargo, a Kuss no le entusiasma ocupar el puesto del esloveno como líder del equipo, más bien se quedaría como gregario de lujo y plan B.
"Normalmente voy a una carrera sin nada que perder. Ahora tenía algo que perder y tienes que ser capaz de afrontarlo mentalmente. Por suerte lo he conseguido. Todavía puedo ser el piloto anónimo, aunque soy consciente de que se esperará más de mí en los próximos años", valora. "Volveré a trabajar para
Jonas Vingegaard en julio del año que viene, pero me gusta que me tengan a mano como comodín. Eso me motiva".
Sin embargo, ¿podría volver como líder a la Vuelta a España el año que viene para defender su maillot rojo? "La dinámica de la carrera es muy diferente. Para mí, la Vuelta es la carrera perfecta. Menos estrés y etapas menos peligrosas", concluye Kuss. "En el Tour todos los días son súper nerviosos, etapas de transición más duras y subidas menos empinadas. No es ideal para mí".