Thymen Arensman continúa su paso firme en la
Vuelta a Burgos. El ciclista del INEOS Grenadiers ha estado muy seguro en las etapas iniciales pero todavía está lejos del top 10.
Con un sexto puesto, Arensman ciertamente no decepcionó, pero él mismo no estaba del todo satisfecho, como dijo en su
Instagram.
"A veces te la juegas y no sale bien. A veces es así como funciona el deporte y es lo que es. Me la jugué en la primera parte de la etapa contra el viento, pero los últimos cinco kilómetros fueron mucho más duros de lo que esperaba basándome en los reconocimientos. Salí demasiado rápido y me pusieron una multa de aparcamiento", pudo bromear al respecto.
Arensman admitió que ciertos acontecimientos antes de la rampa de salida tampoco le permitieron mantenerse completamente concentrado. "No obstante, me alegro de haber mantenido la calma durante cierto alboroto en torno a mi dorsal un minuto antes de la salida (tarjeta amarilla), de las sensaciones sobre la bici durante esta carrera de preparación y de volver a estar con el equipo".
La tarjeta amarilla es una medida de un amplio paquete de medidas de la UCI para hacer más seguro el ciclismo. De momento, las tarjetas amarillas tienen pocas consecuencias porque forman parte de una fase de prueba. A partir de la próxima temporada, las tarjetas amarillas múltiples tendrán las consecuencias necesarias, como la descalificación y una suspensión durante un periodo determinado.
Aunque Arensman no terminará la Vuelta a Burgos con el tan deseado gran resultado, está contento con los progresos que está haciendo hacia objetivos mayores (¿Vuelta a España?). "Queda una etapa aquí en Burgos. A partir de aquí, a por los grandes objetivos de la segunda parte de la temporada. Estamos en el buen camino".