Primoz Roglic ha cosechado muchas victorias en los últimos años, pero también ha sufrido muchos sinsabores. En los tres últimos Tours de Francia perdió el maillot amarillo en el último día de competición y sufrió dos caídas, al igual que en la Vuelta a España. Esta victoria en el
Giro de Italia 2023 supuso la redención para el corredor del
Jumbo-Visma, afirma
Philippa York.
"La mera mención de los nombres de Geraint Thomas y Primoz Roglic evoca imágenes de caídas y reveses, en cualquier carrera, en cualquier momento", escribió York en una columna para Cyclingnews sobre Thomas y Roglic. Los dos sufrieron mucho a lo largo de sus carreras con las caídas, pero ambos se enfrentaron a la oportunidad de volver al éxito definitivo en Monte Lussari. Allí, a pesar de una inoportuna avería mecánica y mucho drama, las grandes piernas del día y el público local llevaron a Roglic a su primera victoria en una Gran Vuelta que no fuera la Vuelta a España. Un final explosivo para una carrera por lo demás conservadora y decepcionante.
"Aunque habría estado bien contar con algunos días más de sol y vistas espectaculares, la tercera semana del Giro ha pasado de estar empapada por la lluvia a este crescendo de emoción: Thomas, Roglic, la redención", añade. Mientras Jumbo-Visma dejaba de ser su único líder y pasaba a tener una alineación más amplia para apoyar a Jonas Vingegaard, Roglic demostró que sigue en lo más alto, ganando hasta ahora las tres carreras por etapas en las que ha participado este año.
Y lo que es más importante, esta victoria rompe con la racha de mala suerte o situaciones difíciles en las que se había visto inmerso. En esta ocasión, el esloveno ha sido el corredor más beneficiado por un giro dramático de los acontecimientos, y se ha quitado un enorme peso de encima. "Ya nadie puede decir que es el ciclista que cede ante la presión, se acabaron las difamaciones y las dudas de que se le pueda seguir confiando la responsabilidad...."