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Giro dell'Emilia es una de las carreras más prestigiosas del calendario ciclista profesional y una cita fija en el otoño italiano. Año tras año, reúne a muchos de los mejores escaladores y puncheurs del pelotón internacional, que se disputan la gloria en las calles de Bolonia, en un escenario tan icónico como exigente.
Se trata de una clásica con identidad propia, reconocida tanto por su dureza como por el encanto del recorrido, y que se ha convertido en un excelente termómetro del estado de forma de los grandes corredores al cierre de la temporada. La edición de este año se disputará el sábado 4 de octubre, con la salida prevista a las 10:25 CET y la llegada alrededor de las 14:55 CET.
Con más de un siglo de historia, el Giro dell'Emilia ha ido consolidando su prestigio como una carrera hecha a la medida de los escaladores, sobre todo si se tiene en cuenta lo ocurrido en las últimas ediciones. Aunque el perfil, con sus rampas cortas y explosivas, podría favorecer en teoría a los puncheurs, la realidad es que la evolución del ciclismo ha hecho que los grandes escaladores sean capaces de manejar este tipo de ascensiones con la misma solvencia —o incluso más— que los especialistas en clásicas. Así, el protagonismo suele recaer en los corredores que dominan los esfuerzos sostenidos en muros exigentes.
Antes de llegar a Bolonia, el pelotón debe afrontar un recorrido selectivo. Desde la salida en Mirandola, el trazado incluye varias dificultades montañosas, con cuatro subidas categorizadas que van acumulando desgaste en las piernas de los corredores. Todo ello prepara el terreno para el circuito final, un escenario que tanto aficionados como ciclistas conocen bien y que representa la esencia de la carrera: cinco vueltas al circuito de la Madonna di San Luca, símbolo indiscutible del Giro dell'Emilia.
La subida a San Luca, de apenas 2,1 kilómetros, se convierte en juez y verdugo gracias a su dureza extrema: una pendiente media del 9,4% y rampas que alcanzan un máximo del 17%. Desde sus primeros metros ya obliga a esfuerzos explosivos, casi siempre en zona anaeróbica, y no ofrece respiro hasta la cima. A ello se añade una ligera rampa tras coronar, seguida de un descenso rápido, técnico y con curvas cerradas, que marca el inicio de cada nueva vuelta. Este encadenado convierte al circuito en un terreno ideal para los ataques, donde las persecuciones se complican por la propia naturaleza del recorrido.
En este escenario, la estrategia suele quedar en un segundo plano frente a la pura capacidad física. El desnivel de San Luca selecciona con crudeza y permite que los corredores con mejores piernas hagan la diferencia de manera natural. Por ello, el Giro dell'Emilia rara vez se decide con marcajes tácticos prolongados: es una carrera directa, de desgaste, donde los movimientos decisivos pueden llegar desde lejos y donde los más fuertes suelen imponerse sin necesidad de demasiados artificios.
Perfil: Mirandola - Bolonia (San Luca)
Mirandola - Bolonia (San Luca), 199,2 kilómetros