La Milán-Turín es una de las clásicas con más historia del ciclismo italiano. En los últimos años ha cambiado de lugar en el calendario y de perfil para adaptarse a los velocistas y servir de preparación para la Milán-San Remo. Esta temporada se disputa el 15 de marzo.
Mientras que la carrera solía contar con la llegada en alto y la Superga, donde actuaban los escaladores, actualmente ha adoptado un papel diferente. Es puramente una clásica para velocistas. Los 193 kilómetros entre Rho y Orbassano no presentarán subidas significativas y serán un día perfecto para los hombres rápidos del pelotón.