No es frecuente que veamos por primera vez la salida de una Gran Vuelta en una nación concreta, y puede que lo veamos en 2025 con el
Giro de Italia. Todo indicaba una Grande Partenza en Albania, pero la presentación se retrasó y hay una situación muy compleja desarrollándose entre bastidores que la pone en peligro
Inicialmente, la presentación de la ruta estaba prevista para el 12 de noviembre, hace hoy exactamente una semana, pero se aplazó sin dar una razón concreta. Esto disgustó a muchos periodistas italianos que pretendían hacer el viaje y acabaron con billetes que no pudieron reembolsar. Se reprogramará para principios de enero, pero aún no se ha confirmado la fecha, aunque se ha dicho que equipos y ciclistas podrán conocer el recorrido de antemano (o al menos gran parte de él) antes de la presentación, para que puedan planificar bien su temporada.
Lo que está ocurriendo entre bastidores en estos momentos acaba siendo un asunto complejo que parece sin resolver. Inicialmente, se había informado de que el retraso se debía a la preocupación por la calidad de la carretera fuera de la capital, Tirana, y a desacuerdos financieros. El inicio constaría de tres etapas en la nación del este de Europa. El valor que se esperaba pagar al Giro era de 7 millones de euros por esta Grande Partenza, pero al parecer ahora el país no quiere pagar la misma cantidad, sino una menor, debido a los comentarios negativos que está recibiendo de los medios de comunicación italianos, que aumentan aún más debido al retraso de la presentación. Al parecer, este obstáculo aún no se ha superado.
Varios informes circulan por los medios de comunicación italianos que sugieren diferentes cuestiones, como el temor de los organizadores a las reacciones políticas, como ocurrió cuando la carrera comenzó en Israel en 2018, y también la falta de certeza de las "grandes estrellas" que podrían estar presentes en la salida. La presencia de estos corredores tiene un gran impacto en las finanzas de los organizadores (se esperan tasas de salida, en valores lo suficientemente altos como para convencer a los corredores de correr la Corsa Rosa) pero desde Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard, Primoz Roglic y Remco Evenepoel ninguno de ellos ha confirmado un alto interés o intención de correr la primera Gran Vuelta de la temporada.