Oier Lazkano, el destacado corredor del equipo Movistar, experimentó una montaña rusa de emociones en la prestigiosa Ronde van Vlaanderen. A pesar de un tropiezo en el infame Koppenberg que le hizo perder posiciones, Lazkano mostró su determinación y disfrute en la carrera, asegurando su intención de volver el próximo año.
La carrera comenzó de manera prometedora para Lazkano, quien demostró su fortaleza durante la prefinal de la Vuelta a Flandes. Sin embargo, un revés en el Koppenberg lo relegó al puesto 73 en Oudenaarde. "Quiero volver", afirmó con determinación Lazkano, enfocando su mirada en futuras oportunidades ante las cámaras de WielerFlits.
"Hasta el Koppenberg, la carrera fue perfecta", reflexionó Lazkano. "Estábamos donde teníamos que estar. Pero sí, en el Koppenberg perdimos adherencia. Tuvimos que bajarnos de la moto y perdimos mucho tiempo y posiciones. Ha sido un poco frustrante, pero he disfrutado mucho de esta carrera, de los aficionados y del público. Volveremos el año que viene".
A pesar de las dificultades, Lazkano demostró su habilidad en la segunda crono del Oude Kwaremont, manteniéndose adelante en la competencia. A medida que avanzaba hacia la cima, recortó distancias con el líder Mathieu van der Poel. "Vinimos aquí sin miedo a nadie. Es un gran piloto, pero teníamos que hacer nuestro recorrido", destacó Lazkano.
Sin embargo, para el jefe de equipo de Lazkano en Movistar, Jurgen Roelandts, el desafío en el Koppenberg marcó un punto crítico. "Con Oier, la moral se rompió un poco, creo", compartió Roelandts. "Fue desafortunado. Si
Iván García Cortina sube, estará con Mathieu y quizá pueda acompañarnos hasta el Oude Kwaremont o así. Ha sido una pena, pero hasta ahí han hecho una carrera muy buena".