Jonas Vingegaard se ha sincerado por primera vez sobre las caóticas escenas que marcaron la
Vuelta a España 2025, revelando lo cerca que estuvo el pelotón de abandonar la carrera durante las protestas que interrumpieron repetidamente varias etapas.
El danés, que finalmente se enfundó el maillot rojo en Madrid por delante de João Almeida y Tom Pidcock, declaró a Wieler Revue que las tensiones fueron elevadas dentro del pelotón a lo largo de la prueba, y que varios equipos defendieron incluso la suspensión total del Gran Tour ante la creciente intensidad de las manifestaciones.
"Hay un grupo de chat de la CPA, y
Matteo Jorgenson representa a nuestro equipo en él", explicó Vingegaard. "Como equipo, siempre dijimos que queríamos seguir compitiendo. Algunas escuadras querían parar toda la Vuelta, pero yo llevaba el maillot rojo y estaba contento de que continuara".
La edición 2025 de la Vuelta se vio interrumpida en repetidas ocasiones por activistas contrarios a la presencia del equipo
Israel - Premier Tech, quienes bloquearon carreteras y provocaron retrasos en etapas del norte de España. En un momento dado, los organizadores solicitaron al equipo israelí que se retirara de la prueba para calmar las tensiones, petición que fue rechazada.
Vingegaard explicó que los corredores habían acordado internamente cómo actuar si las protestas volvían a estallar: "Hubo muchas conversaciones sobre lo que podían hacer los organizadores y la UCI", recordó. "Entre los corredores, acordamos que si ocurría algo durante una etapa, dejaríamos de competir y lo intentaríamos de nuevo al día siguiente. En el pasado, siempre había al menos un equipo que quería seguir, pero esta vez hubo unidad".
Ese consenso supuso un raro momento de solidaridad en un pelotón habitualmente dividido por los intereses de los equipos. Según fuentes de la carrera, el acuerdo se consideró una forma de proteger tanto la seguridad de los corredores como la credibilidad del deporte durante una de las Grandes Vueltas con mayor carga política de los últimos años.
El doble campeón del Tour de Francia admitió que los disturbios le obligaron, como a muchos otros, a reflexionar sobre lo fácil que resulta perturbar el ciclismo profesional.
Jonas Vingegaard, estrella de Visma y ganador de la Vuelta a España.
"Nuestro deporte es muy frágil", afirmó. "Basta con que alguien proteste y bloquee la carretera. Después de la etapa de Bilbao, mucha gente se dio cuenta de lo vulnerables que somos y de lo sencillo que es aparecer en los titulares. Espero que no volvamos a enfrentarnos a problemas tan graves en el futuro".
La Vuelta 2025 se convirtió en un punto álgido dentro del debate sobre la relación entre política y ciclismo profesional, ya que las protestas contra la participación de Israel - Premier Tech paralizaron la carrera en varias ocasiones. Los acontecimientos reavivaron las discusiones entre la UCI, los organizadores y el sindicato de corredores acerca de cómo gestionar las manifestaciones dirigidas directamente contra equipos o patrocinadores.
Empatía hacia los ciclistas de Israel
A pesar de estar en el centro de la polémica, Vingegaard se mostró comprensivo con los ciclistas de Israel - Premier Tech, que se vieron atrapados en el fuego cruzado: "Hablé con algunos de ellos", comentó. "Tenían mucha presión sobre sus hombros, y todas las protestas iban dirigidas contra ellos. No sé si se sentían seguros, pero debió de ser duro. No era una situación agradable para nadie, incluidos ellos".
Para Vingegaard, la Vuelta 2025 será recordada no solo por su dominio camino a un tercer título en una Gran Vuelta, sino también por la confusión fuera de la bicicleta que evidenció lo frágil que puede ser este deporte.
"Después de aquellos días", reflexionó, "todos en la carrera comprendimos lo rápido que pueden cambiar las cosas y lo fácil que es que el ciclismo se convierta en una plataforma para algo mucho más grande que el deporte".