Los franceses llegaban a esta edición del Campeonato Europeo como los defensores del título, sin embargo, según palabras de su seleccionador, Thomas Voeckler, eran conscientes de sus limitaciones, como así también de la presencia de equipos más fuertes en la carrera.
Junto con el velocista
Arnaud Démare,
Christophe Laporte intentó crear oportunidades para sí mismo y para sus compañeros de equipo, provocando el caos al seguir el movimiento del campeón del mundo Mathieu van der Poel en la parte central de la carrera, pero fue en vano. Al final, la carrera se desarrolló tal y como habían previsto los potentes equipos de Bélgica y, sobre todo, Italia, que llegaron a un pelotón tras más de cuatro horas y media de carrera.
Thomas Voeckler, se siente orgulloso de la forma en que ha corrido su equipo, aunque tenga que conformarse con las medallas tras el éxito de los Juegos Olímpicos, en los que Valentin Madouas se hizo con la plata y Laporte con la medalla de bronce.
Voeckler habló sobre la carrera en el canal L'Equipe, satisfecho con la jornada del equipo francés: "El sentimiento predominante es de orgullo por el trabajo realizado por los corredores. Sinceramente, todos desempeñaron el papel que yo les había asignado. En el sprint, estaban encajonados, si Bélgica no llegaba y cortaba... Son 9-10 (Laporte 9º y Démare 11º, ed.) o algo así, pero hay que aceptar el resultado, cuando el estado de ánimo es impecable. Todos hicieron su trabajo, cuando las cosas se movieron, estuvimos ahí, Christophe estuvo fuerte. Creo que cuando estuvo delante, fue el más fuerte de los 6, Pedersen quizá se esforzó más".
"Tenemos que aceptar que no siempre habrá una medalla o un podio, pero en cuanto al estado de ánimo y a cómo ha ido el día, ha sido bueno. Queríamos que la carrera fuera incontrolable, que los demás equipos también quisieran ir a por todas. El resultado es frustrante, Arnaud y Christophe están muy frustrados, pero estoy muy orgulloso de ellos y sólo puedo felicitarles", añadió el entrenador del equipo francés.