La
Vuelta a España 2025 quedará grabada en la memoria colectiva, aunque no tanto por la victoria final de Jonas Vingegaard en la clasificación general, sino por las interrupciones sin precedentes que marcaron la carrera desde su inicio.
Las protestas propalestinas fueron un elemento disruptivo constante: obligaron a acortar varias etapas, a neutralizar sprints clave e incluso a cancelar el tradicional desenlace en Madrid, programado para el domingo final.
En medio de este clima de incertidumbre, diversas voces del pelotón se alzaron para reflexionar sobre el significado de lo ocurrido. Una de las más firmes fue la del veterano del
INEOS Grenadiers, Michał Kwiatkowski, que no dudó en mostrar su frustración y señalar responsabilidades.
Para él, el problema no se reduce a los parones y alteraciones de esta edición de la Vuelta, sino que deja un precedente peligroso para el futuro del deporte.
El polaco recurrió a sus redes sociales para expresar con claridad lo que muchos ciclistas comentaban en privado. En un mensaje publicado en Twitter, apuntó directamente a la
UCI y a los órganos de gobierno del ciclismo.
"Si la UCI y los organismos responsables no pudieron tomar las decisiones correctas con la suficiente antelación, a largo plazo es muy malo para el ciclismo que los manifestantes consiguieran lo que querían".
Un deporte vulnerable a las protestas
Kwiatkowski fue más allá en su análisis, advirtiendo que el ciclismo se encuentra ahora en una posición especialmente frágil frente a este tipo de interrupciones:
"No se puede hacer como si no pasara nada. A partir de ahora, está claro para todo el mundo que una carrera ciclista puede utilizarse como un escenario eficaz para las protestas y la próxima vez sólo empeorará, porque alguien permitió que sucediera y miró hacia otro lado".
Michal Kwiatkowski ha hablado claramente sobre las manifestaciones en la Vuelta a España 2025
Los aficionados, los grandes damnificados
Más allá del impacto en los equipos y en la organización, fueron los aficionados quienes sufrieron con mayor intensidad las consecuencias. Jornadas llamadas a ser memorables, como el sprint de Bilbao, la batalla en el Angliru o el esperado final en Madrid, se resolvieron en medio de la confusión, la decepción e incluso la sensación de abandono.
Para Kwiatkowski, esta fue la pérdida más dolorosa de todas: "Es una pena para los aficionados que han venido a ver un gran acontecimiento. Personalmente, habría preferido saber de antemano que se cancelaba la carrera en lugar de que me hicieran creer que todo iba a salir bien".