El nivelazo de
Florian Lipowitz en el actual
Tour de Francia está volviendo loco a propios y extraños. Saliéndose en la alta montaña, el joven alemán ha dejado definitivamente de ser considerado un talento para el futuro y ha pasado a consolidarse como una realidad en el presente. Tanto
Jan Ullrich, leyenda del ciclismo alemán, como el comentarista de Eurosport Robert Bengsch destacaron su aplomo, temple y precisión táctica.
No sólo impresionaron sus piernas, sino también el dominio estratégico del equipo Red Bull - BORA - hansgrohe en una de las jornadas más duras y exigentes de toda la carrera. "Lo que han vuelto a demostrar hoy Florian Lipowitz y Primoz Roglic ha sido una actuación fantástica", dijo Ullrich, ganador del Tour en 1997. Destacó especialmente la forma en que Lipowitz gestionó el empinado tramo inicial de la subida, conteniéndose mientras otros corredores se esforzaban demasiado pronto, pagando el precio más adelante. Bengsch subrayó lo compleja que fue esa decisión táctica:
"Es realmente difícil. Los primeros diez kilómetros son muy, muy duros; no puedes abrir la carrera ahí". Ambos coincidieron en que la moderación de Lipowitz fue la decisión más inteligente, fruto de una madurez sorprendente para su edad.
Bengsch parecía realmente impresionado por la inteligencia y la capacidad de análisis de Lipowitz durante la carrera. "No sé de dónde saca Florian Lipowitz toda esa experiencia, esa frialdad, esa facilidad", comentó con admiración. "Simplemente se deja llevar por su arranque, por su ritmo. Sabe exactamente cuánto lactato puede acumular sin entrar en la zona roja. Es increíble". Este tipo de autocontrol no es habitual en ciclistas tan jóvenes.
Desde el punto de vista del propio Bengsch, Lipowitz ya no puede considerarse únicamente una promesa en desarrollo. "Ya es un gran campeón", afirma rotundamente, y añade que este tipo de actuaciones tienen tanto que ver con el control mental y la inteligencia de carrera como con la capacidad física. La serenidad que demuestra en las etapas clave está al nivel de los grandes nombres del pelotón.
Aun así, algunas preguntas parecen inevitables. ¿Podría Lipowitz hacer una seria incursión en la lucha por la clasificación general? Bengsch descartó la idea de que pudiera desbancar a Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, "los dos extraterrestres", como él los llama, pero admitió que su rendimiento invita a soñar: "Por supuesto que empiezas a soñar: ¿puede Lipowitz tal vez atacar aún a Vingegaard? Pero creo que tendremos que despedirnos de eso".
Sin embargo, aunque no aspire al maillot amarillo, no le falta motivación para seguir luchando. Lipowitz sigue enfundado en el maillot blanco de mejor joven y se encamina con paso firme hacia el podio. Su compañero de equipo en el Red Bull - BORA - hansgrohe, Primoz Roglic, se ha recuperado de un tramo difícil y podría terminar entre los tres primeros, lo que supondría un gran éxito para la escuadra alemana.
"Si Primoz Roglic puede llegar a cuatro o así, sería un resultado fantástico", concluyó Ullrich, resumiendo el entusiasmo compartido entre el propio Roglic y los aficionados alemanes, a los que este Tour de Francia está dando más de una razón para soñar y animar con ilusión.