Remco Evenepoel ha conseguido la victoria en la séptima etapa de la
Vuelta a Suiza. El belga del Soudal Quick-Step quiso homenajear a
Gino Mäder de la mejor manera que él sabe hacerlo, con una preciosa exhibición de ciclismo puro.
Por seguridad, la organización de la Vuelta a Suiza decidió que las diferencias en la clasificación general de la etapa se tomaran a 25 kilómetros de la línea de meta. Los equipos y los corredores quedaron en que no hubiera guerra y que no hubiera movimientos hasta ese punto.
Justo en ese punto los equipos y los corredores que se veían con opciones de victoria de etapa se fueron hacia adelante, algunos hombres de la general como
Juan Ayuso se dejaron caer, aunque otros como Remco Evenepoel continuó adelante.
Precisamente Remco Evenepoel sorprendió a los INEOS que trabajaban para Tom Pidock y a los
Jumbo-Visma que hacían lo propio para
Wout van Aert. Imposible, no pudieron con el belga que cuando arrancó no tuvo rival.
Entró en meta lanzando su dedo al cielo recordando al malogrado corredor de Bahrain Victorious. Entró en segunda posición liderando al grupo de perseguidores van Aert.
Como explicamos, pese a que Remco entró con tiempo ganado, no hubo diferencias en la general. En clave clasificación general de una carrera en la que lamentablemente tras el fallecimiento de Gino Mäder ha pasado a un segundo plano, Mattias Skjelmose llegará con 8 segundos de ventaja con respecto a Felix Gall, 18 con Juan Ayuso y 46 con Remco Evenepoel. Viendo al belga hoy será mañana favorito en la contrarreloj final que decidirá la prueba.
En definitiva, día de lo más emotivo en el que algunos equipos decidieron no salir de inicio (Bahrain, Tudor) y otros quisieron homenajearle en la carretera. Todo respetable. Mañana finalizará una Vuelta a Suiza que, lamentablemente, nunca vamos a olvidar.