Mark Cavendish está teniendo suerte en este
Giro de Italia, ya que se quedó fuera de la lucha por el esprint en la segunda etapa debido a una caída y en la quinta volvió a irse al suelo, esta vez de forma espectacular justo antes de cruzar la línea de meta.
"Estoy de vuelta en el hotel. Me han limpiado la herida. Me duele un poco la rodilla, pero no creo que me haya roto nada", dijo Cavendish en un mensaje compartido por el equipo Astana Qazaqstan tras la etapa de ayer. El corredor de Manx logró evitar todas las caídas en el kilómetro final y se disputó la victoria. Sin embargo, su sprint fue de todo menos normal. El Manxman estaba en la batalla por los primeros puestos, pero con las carreteras mojadas, se resbaló con la pintura de la carretera ya a mitad del sprint.
Luego, al recuperar la estabilidad , hizo el afilador con un Alberto Deinese que intentó un adelantamiento suicida en diagonal que le hizo perder el equilibrio y dar un volantazo contra Filippo Fiorelli, que a su vez lo aguantó tras resbalar contra las barreras. Fue brutal verle volar primero y luego atravesar la línea de meta deslizándose por el suelo.
Sin embargo, las carreteras mojadas fueron de alguna ayuda para el veterano ciclista, que ha evitado cualquier lesión importante a pesar del incidente a alta velocidad. "Todavía no lo he comprobado. Al menos no me duele, como si me hubiera roto algo. Sólo la moral está un poco afectada. Estaba en la posición perfecta. Entré en el sprint con la rueda trasera en la línea blanca y luego la moto derrapó", explicó.
Al final acabó ascendiendo al cuarto puesto, ya que Dainese descendió, pero eso no supuso gran diferencia. "Así son los sprints. Alberto Dainese me llamó, pero es parte del sprint", concluyó Cavendish. Si el pelotón vuelve a correr de forma muy conservadora, tiene otra oportunidad de triunfar hoy en Nápoles.