Luis Ángel Maté es un nombre que la afición española al ciclismo está acostumbrada a escuchar. Parece que lleva toda la vida acompañándonos en las tardes de carreras de tres semanas. Con 40 años, el malagueño sigue dando espectáculo, tomándose prácticamente como una obligación colarse en las fugas y dar visibilidad al
Euskaltel Euskadi.
"Estoy muy contento, es un maillot muy especial para mí", reflexiona Mate en su
entrevista posterior a la etapa, tras haber vestido previamente el maillot de la montaña durante 15 días allá por 2018, cuando corría para Cofidis, aunque finalmente se le escapó la victoria final en la clasificación en favor de
Thomas De Gendt, que notablemente también está disputando la última gran vuelta de su carrera en esta
Vuelta a España.
"Seis años dan para mucho [vistió por última vez el maillot de lunares en 2018] y pasan muy rápido", continúa Mate, haciendo referencia a su experiencia pasada con los lunares. "Era un objetivo desde el principio de La Vuelta".
Como ya se ha dicho, a pesar de estar en el lado equivocado de los 40, no ha habido ninguna señal de tomarse las cosas con calma para Mate, que ha pasado la mayor parte de los dos últimos días en pequeñas escapadas, achicharrándose bajo el sol del verano portugués. "Me ha costado mucho, dos días de largas cabalgadas para conseguirlo. Ahora espero poder defenderlo con todas mis fuerzas. Los puntos de montaña estaban muy lejos unos de otros, sobre todo en la primera etapa. Ayer cogí los dos primeros, y hoy era clave con el puerto de 2ª categoría. Lo tenía marcado como objetivo, así que primer objetivo cumplido", concluye el experimentado español. "Ahora toca defenderlo. Para mí es una obligación moral estar en la escapada mientras tenga fuerzas, así que si es así, lucharé por ello todos los días."