La sincronización es clave en el ciclismo y
Luca Mozzato lo ha demostrado hoy. Menos de dos meses después de una victoria de etapa en el Tour de Limousin, el corredor del
Arkéa Samsic sigue mostrando un gran estado de forma y se ha impuesto hoy a una fuerte competencia World Tour para ganar la
Binche - Chimay - Binche.
Una carrera dura, los kilómetros finales resultaron ser tácticos, con varios ataques que desprendieron a los velocistas del pelotón. El italiano se ha adaptado muy bien a la ruta y aún más al final en la ciudad. Se benefició de una caída tardía, su posicionamiento fue perfecto y redujo el número de contendientes que llegaron juntos a la línea de meta. Y luego también tienes que lidiar con un pelotón que casi explota de nerviosismo. Aunque ese estrés constante también forma parte de esta competición", cuenta en una entrevista posterior a la carrera.
Luego todo fue cuestión de hacer su movimiento en el momento adecuado. Soren Kragh Andersen lanzó su ataque desde el adoquinado al principio, Edward Theuns se esforzó al máximo para recortar distancias, y detrás de ellos se formó un trío que Mozzato aprovechó para protegerse del viento durante unos segundos importantes. Luego, cerca de la meta, tuvo que hacerlo él mismo, pero le quedaba suficiente impulso en las piernas para una aceleración que le permitió adelantar a Andersen y Theuns justo antes de la línea de meta;
"Por supuesto, estoy muy contento de haber podido completarlo. Sabía que arruinaría mis posibilidades si empezaba demasiado pronto", dice el joven de 25 años tras la mayor victoria de su carrera. "Sin embargo, en una final así también se necesita un poco de suerte. Tuve un buen punto de referencia en Theuns y Andersen".