"Los médicos me dijeron que me hubiese muerto en 2 días": Michael Matthews, listo para 2026 tras el mayor susto de su vida

En la temporada 2025, Michael Matthews se vio obligado a pausar de forma indefinida su carrera profesional. El corredor australiano de Jayco-AlUla pasó por uno de los peores momentos de su vida a causa de una embolia pulmonar. Por suerte, ya está recuperado y en 2026 apunta a ser uno de los hombres más importantes del equipo WorldTour de su país. Pero no deja de haber sido algo muy duro.

En conversación con CyclingNews, el australiano reveló lo cerca que estuvo del desastre mientras se entrenaba en altitud en Livigno el pasado junio. Lo que empezó como una fatiga inexplicada en los días finales de un bloque de tres semanas derivó rápidamente en un ingreso de urgencia, anticoagulantes y médicos advirtiendo del peor desenlace posible.

“De repente estaba en el hospital y no sabía si iba a morir esa noche o sobrevivir. Los médicos dijeron que si hubiera seguido entrenando, me habría muerto en dos días”, comenzó señalando Michael Matthews.

El impacto del diagnóstico le sacó del Tour de Francia y borró sus objetivos de mitad de temporada, pero la experiencia le ha cambiado por completo la mentalidad. Lejos de apartarse del ciclismo, asegura que el susto ha agudizado su motivación.

“Siento que es una segunda oportunidad para mí en el ciclismo porque me di cuenta de que mi carrera podía haberse acabado”, explicó. “Siento que es una segunda ocasión para mostrar de lo que soy realmente, realmente capaz.”

Matthews, que amplió su contrato con Jayco-AlUla hasta finales de 2027, insiste en que se siente más joven que en años, y que el susto solo ha profundizado su amor por el trabajo diario de entrenar y competir.

“Sigo sintiéndome como si tuviera 25 y estoy disfrutando de mi segunda juventud. Sigo atacando a mis compañeros en los entrenamientos, y normalmente soy el que quiere hacer trabajo extra. La motivación sigue ahí, y tengo una sonrisa enorme cada mañana al levantarme.”

Atribuye parte de su longevidad a decisiones de vida que le han mantenido más fresco que a muchos de su generación: “No bebo y no salgo de fiesta. No hago nada de lo que probablemente te envejece más rápido de lo normal. Quizá eso me ha ayudado a mantenerme joven y me permite seguir compitiendo con los jóvenes talentos que vienen.”

Pese a verse obligado a tres meses de anticoagulantes y a una vuelta cautelosa a la bici, Matthews aún rescató un tramo final de temporada competitivo. Regresó en la Bretagne Classic, fue octavo al esprint y corrió hasta la Japan Cup. Además, logró un segundo maillot arcoíris con Australia en la contrarreloj por relevos mixtos del Mundial. “Estaba simplemente feliz de volver a ponerme un dorsal”, dijo.

De cara a lo que viene, Matthews optará por una preparación europea en lugar de viajar a casa para el Tour Down Under, con un bloque completo de Clásicas, de Milán-San Remo a Lieja-Bastoña-Lieja, como eje de su plan 2026. El Tour de Francia sigue siendo un gran objetivo, y el Mundial de Montreal en septiembre es una meta relevante por su historial en Canadá.

Pero San Remo, la carrera que le ha definido y atormentado, vuelve a ser su primer gran objetivo: “Supongo que tengo una relación de amor-odio con esta carrera. Obviamente es una carrera que me va y en la que he rendido bien en el pasado, pero también ha sido cruel conmigo. Necesitas que las cartas caigan a tu favor; es bastante una lotería, y nunca me ha salido.”

La prueba se ha endurecido aún más con el enfoque más agresivo de UAE en los últimos años, liderado por su compañero habitual de entrenamientos Pogacar. “Se ha convertido más en una carrera de ataque cuando antes era una carrera de velocistas, pero no puedo hacer nada al respecto. Tengo que asegurarme de estar listo cuando lleguen los ataques, reaccionar a la situación y, ojalá, rematar.”

Para Matthews, el trauma de junio pasado no generó miedo, sino claridad. No está contando los años hasta la retirada ni tiene prisa por poner una fecha final a nada.

“Los problemas de salud que tuve este año fueron obviamente un susto enorme, pero al mismo tiempo, siento que me han dado una segunda oportunidad en el ciclismo”, dijo. “Siento que es un renacimiento de mi carrera.”

Y mientras encadena esfuerzos largos en la concentración de diciembre de Jayco AlUla —“diciembre es como el viejo enero; ya estamos haciendo trabajo al umbral”— su mensaje es claro: sigue sonriendo, sigue siendo competitivo y está convencido de que aún hay más por llegar.

“La pretemporada fue realmente bien. Creo que probablemente es el mejor diciembre que he sentido, así que ojalá este año lleguen cosas buenas”, concluyó.