Guillaume Martin, tras llevarse la Classic Grand Besançon Doubs: "No gano a menudo, así que hay que saborearlo"

No todos los días Guillaume Martin levanta los brazos en señal de victoria. Pero cuando lo hace, el momento se vuelve especial. Este jueves, el filósofo del pelotón volvió a celebrar en lo alto del podio tras imponerse con clase a José Manuel Díaz (Burgos-BH) y a su compatriota Clément Berthet (Decathlon AG2R La Mondiale) en la Clásica Grand Besançon. Una victoria que sabe a redención tras casi dos años sin triunfos.

“No gano a menudo, hacía mucho que no levantaba los brazos... ¡así que hay que saborearlo!”, dijo con una sonrisa que delataba el alivio. Y no es para menos: su última victoria databa de agosto de 2022, cuando conquistó etapa y general en el Tour de l’Ain.

El día no empezó de la mejor manera para el líder del Groupama - FDJ. “Desde la salida ficticia sentía las piernas pesadas, los bronquios un poco cerrados, algo bastante habitual en mí”, confesó. Pero poco a poco, la sensación cambió. “Después de la primera subida, las piernas comenzaron a responder. Y en la última, todo fue muy claro”.

La clave estuvo en la dureza final, donde su compañero Clément Braz Afonso impuso un ritmo brutal desde abajo. “Le doy las gracias a él y a todos mis compañeros. Tuvimos un día perfecto en lo táctico”, destacó Martin, reconociendo el papel crucial del equipo.

Y en ese final empinado, Guillaume encontró el momento exacto para hacer daño. “A uno o dos kilómetros del inicio, en una curva cerrada, vimos que el grupo se estiraba. Clément me avisó, me animó a atacar... y era justo el escenario que había imaginado. Desde ahí, fue pura resistencia hasta la cima”.

El Tour du Jura, que se disputa mañana, ofrece un perfil incluso más duro. Y eso es música para los oídos de Martin. “Es un buen presagio. El Jura siempre se me ha dado mejor que la Clásica Grand Besançon. No ha habido muchas victorias en el equipo este año, así que no queremos quedarnos aquí. Es hora de empezar a coleccionar”.