El ex campeón olímpico y ganador del Tour de Francia, Bradley Wiggins, pasó unos meses y años turbulentos, pero tras tocar fondo, parece que ha vuelto a las andadas para rehacer su vida. La historia de su regreso tiene un héroe inesperado: ¡Lance Armstrong!
Tras poner fin a su activa carrera ciclista, Wiggins no tardó en meterse en líos. "Empecé a vivir mi vida como una persona normal a los 36 años. Siempre desconfié de la gente que me echaba humo, porque no tenía muy buena opinión de mí mismo. Una vez que el ciclismo desapareció, este velo de ser Bradley Wiggins también se fue. Tuve que lidiar conmigo mismo. Y no me gustaba mucho", The Telegraph cita a Wiggins.
"A los tres años de retirarme, era drogadicto", continúa Wiggins. "Y mucho de ello tenía que ver con el recuerdo de mi infancia. Había crecido con un padre ausente y la contradicción es que el entrenador que abusó de mí fue mi primer modelo masculino en el ciclismo. Sólo tienes 13 años, pero te lleva a un periodo realmente oscuro".
Wiggins también se declaró en quiebra. "Lamento no haber prestado nunca atención a mis asuntos financieros cuando corría. Es una de las cosas que les pasan a los deportistas: ganas mucho dinero y, si no estás atento, la gente se aprovecha. La gente que me cuidaba me estafaba a diestro y siniestro. También los contables".
Wiggins afirma que ya se está trabajando para resolver la situación. "Ya está todo resuelto. Ahora estoy al pie del cañón. Era algo que me habían hecho. Ocho meses después, todo ha cambiado. Los responsables están pagando un alto precio por ello. Afortunadamente, todo está bien. Mi vida está en un buen lugar".
El ex ciclista se recuperó gracias en parte a Lance Armstrong, que pagó la terapia de Wiggins. "Es fantástico. He llegado a conocerle de verdad en los últimos ocho años, y ha estado ahí para mí en los últimos tiempos. Me llevó a un centro de terapia muy completo y lo pagó todo. Tuvo una educación muy similar a la mía - una educación sin padre. No puedes alejar estas cosas, me dijo. Tienes que solucionarlo. Por el lado humano".
"Siempre tienes que poner este descargo de responsabilidad con Lance: Sí, tomó drogas y todo eso. Esa es una parte diferente, muy polarizante. Es una herida abierta en el ciclismo. Pero para que yo esté aquí, vivo, me ha ayudado mucho. Ha hecho lo mismo por Jan Ullrich. Los tres crecimos sin padre", finalizó.