Tras el anuncio realizado en diciembre sobre la introducción por parte de la
UCI de un nuevo Protocolo para Altas Temperaturas en las competiciones de carretera, el organismo ha publicado oficialmente las regulaciones.
La nueva normativa divide las distintas zonas de temperatura en función del riesgo para la seguridad de los ciclistas, utilizando la temperatura del globo terráqueo húmedo, una medida del estrés térmico que sufre un ser humano cuando está expuesto directamente a la luz solar. A continuación, la UCI ha sugerido varias contramedidas para combatir estos riesgos en función de su gravedad.
Esta medida llega tras varios incidentes ocurridos en los últimos años, en los que los equipos se han visto obligados a competir a altas temperaturas, sin que existieran protocolos oficiales para contrarrestar los efectos del calor en los ciclistas. Un ejemplo de ello fue el Tour de Francia del año pasado, en el que los ciclistas se enfrentaron a una ola de calor extremo y se vieron obligados a correr con temperaturas cercanas a los 40 °C.
En un comunicado de prensa publicado por la UCI en diciembre, el presidente del organismo rector,
David Lappartient, declaró que "la salud, la seguridad y el bienestar de nuestros ciclistas son de la máxima importancia. Por ello, la UCI trabaja continuamente para responder a las nuevas situaciones y adaptar sus protocolos en función del entorno cambiante en el que se desenvuelven los ciclistas".