Marco Pantani es recordado por una legión de aficionados como uno de los mayores escaladores de la historia del ciclismo. Si la comparación se limita a la montaña, pocos nombres pueden discutirle su lugar entre los mejores de todos los tiempos. Sin embargo, su figura siempre estuvo envuelta en controversia: formó parte de una generación golpeada por el dopaje y su propia muerte continúa rodeada de incógnitas y teorías que alimentan la leyenda negra que acompañó al ‘Pirata’.
Primeros pasos en un año destinado a ser histórico
La temporada 1998 comenzó para Pantani en España, con actuaciones que no anticipaban lo que vendría después: 68º en el Trofeo Luis Puig, 11º en la Clásica de Almería y 3º en la Vuelta a Murcia, donde logró además una victoria de etapa.
En las clásicas de primavera solo tomó la salida en la Milán-San Remo, aunque no pudo completarla. Su mirada estaba puesta en los grandes objetivos del año, y como preparación para el Giro participó tanto en la Itzulia como en el Giro del Trentino. En este último firmó una sólida cuarta posición, únicamente superado por Paolo Savoldelli, Dario Frigo y Francesco Casagrande, quedándose a 27 segundos del triunfo y a tan solo un segundo del podio.
Dominio absoluto en el Giro de Italia
El Giro de Italia de 1998 supuso la consagración de Pantani. En la Corsa Rosa logró dos victorias de etapa, terminó tres veces segundo, una tercero y otra cuarto. Su regularidad y superioridad en la montaña le permitieron imponerse en la clasificación de la montaña, ser segundo en la clasificación por puntos y coronarse como campeón de la general, derrotando a rivales como Pavel Tonkov, Giuseppe Guerini, Oscar Camenzind o Daniel Clavero.
Se trataba de su primera Gran Vuelta, el punto culminante de su carrera hasta ese momento.
Sin descanso competitivo entre ambas pruebas, Pantani enlazó directamente el Giro con el Tour de Francia. Allí volvió a exhibirse como el gran escalador del momento. Sumó dos victorias de etapa, acumuló cinco podios parciales y logró un triunfo histórico frente a corredores de referencia como Jan Ullrich, Bobby Julich, Christophe Rinero o Michael Boogerd. Además, finalizó segundo en la clasificación de la montaña.
Su triunfo en París completó un doblete Giro–Tour que solo estaba al alcance de los grandes mitos del ciclismo.
Marco Pantani completó un doblete Giro de Italia - Tour de Francia histórico
Un final de temporada aún competitivo
Apenas dos días después de coronarse en París, Pantani demostró que su ambición no tenía pausa al imponerse en las dos contrarrelojes cortas de A Travers Lausanne, disputadas el mismo día. Más tarde sería noveno en el Breitling Grand Prix, antes de cerrar su descomunal campaña con victorias en el Circuit de l'Aube y en la Rominger Classic, dos pruebas de gran nivel que certificaron la dimensión de un año irrepetible.
La temporada 1998 sigue siendo considerada, con diferencia, la mejor de toda su carrera. Un año en el que Marco Pantani alcanzó la cima del ciclismo mundial y que, a pesar de la sombra permanente de la polémica, continúa alimentando su condición de mito.