La temporada de despedida de Mark Cavendish se desvía por sorpresa con un regreso a casa en una carrera amateur en su natal Isla de Man

Después de unas primeras semanas complicadas en su temporada de despedida, Mark Cavendish se está tomando un descanso de las carreras World Tour mientras se recupera de su enfermedad y recarga las pilas antes de afrontar el Tour de Francia de este verano. Sin embargo, "The Manx Missile" se mantiene alejado de la bicicleta, y durante el pasado fin de semana, el velocista del Astana Qazaqstan Team hizo una aparición sorpresa en una carrera amateur de un día en su tierra natal, la Isla de Man.

El corredor de 38 años terminó 29º en la Nick Corkill Memorial Race de la Isla de Man el domingo por la tarde. "Cuando llegué, pude ver su bicicleta, y esa fue la señal reveladora", recuerda James Meakin, uno de los competidores del día, en conversación con Cycling Weekly. "Es extraño ver a un profesional de élite como él, con su bicicleta, en la puerta de un ayuntamiento, colocándose un dorsal con todos los aficionados. Pero allí estaba, relajándose como cualquier otro corredor de carretera aficionado".

"Desde el pistoletazo de salida, se mostró muy comunicativo con los demás corredores", prosigue Meakin. "Se aseguró de que estuvieran tirando de su turno. Hay muchos ciclistas júnior que son futuras estrellas para representar a la Isla de Man, y él fue muy bueno consiguiendo que todos trabajaran juntos y fueran un grupo cohesionado".

Pero, ¿cuál fue la historia de la sorprendente experiencia de última hora de Cavendish? "Le envié un mensaje a Cav y le dije: 'Tráete el carné y 20 libras'. Y eso fue todo", explica entre risas el organizador de la carrera, Richard Fletcher. "Y ése fue el intercambio".

"Aunque tenemos que ser bastante estrictos con el cierre de inscripciones, porque si no todo el mundo se lo toma a guasa, todos estamos de acuerdo en que si se trata de un corredor de nivel Conti o un corredor WorldTour, siempre los inscribimos, porque sus programas pueden cambiar. Esa es la única holgura que les damos. Se presentan, pagan su inscripción y ninguno de ellos se queja", continúa Fletcher.

"Yo, por casualidad, fui con Mark desde el edificio del cuartel general hasta la línea de salida. Normalmente, lo convierte en un recorrido de entrenamiento. Había venido desde Douglas, a unas 18 o 20 millas de distancia, corrió la carrera y luego volvió a casa con un grupo de ellos. Le gusta el ambiente del club".