La semana pasada, Oumi Rayane viajó a Kigali para acompañar a su marido,
Remco Evenepoel, durante el
Mundial de carretera de la UCI 2025. El balance deportivo para el belga fue brillante: logró su tercera medalla de oro consecutiva en la contrarreloj individual y añadió además una plata en la prueba en ruta, donde solo fue superado por Tadej Pogacar.
Pero más allá de los triunfos y de las celebraciones deportivas, Rayane dejó claro que su viaje a Ruanda estuvo marcado por sentimientos encontrados, debido a la polémica internacional en torno al país anfitrión.
Los Mundiales de 2025 fueron recibidos como un hito histórico, al tratarse de la primera edición disputada en África. Sin embargo, el entusiasmo deportivo se vio ensombrecido por críticas de organizaciones de derechos humanos, que cuestionaron la decisión de la UCI de otorgar la sede a Ruanda.
Las denuncias apuntaban directamente al gobierno del presidente Paul Kagame, acusado de autoritarismo y señalado por supuestamente utilizar el evento como una herramienta de sportswashing, es decir, un intento de limpiar y mejorar su imagen internacional a través del deporte.
La postura personal de Rayane
En medio de este contexto, Rayane quiso expresar públicamente su posición personal, recurriendo a sus redes sociales para compartir un mensaje de claridad y transparencia. En un post de Instagram escribió:
“Mis valores son claros: estoy en contra de toda forma de sufrimiento humano, en cualquier parte del mundo. La injusticia es injusticia. Por eso, antes de mi viaje, hice una donación a una organización que ayuda a las personas de la región afectada”.
Remco Evenepoel volvió a hacerse con el oro en el Mundial de contrarreloj de Kigali 2025
Con estas palabras, la esposa de Evenepoel subrayó que su asistencia al campeonato no respondía a una elección personal de ocio, sino a un compromiso familiar y deportivo:
“La razón por la que estoy aquí no es porque hayamos elegido este lugar como vacaciones, sino porque los Campeonatos del Mundo han sido organizados aquí por la UCI y he venido para apoyar a mi marido”.
Rayane también quiso dejar patente la distinción entre el gobierno ruandés y la gente corriente del país, con quienes asegura haber sentido un contacto humano cálido y sincero:
“En este viaje he conocido a gente amable, humilde y acogedora, incluso en circunstancias difíciles. Mi respeto y solidaridad están siempre con la gente corriente, y nunca con los gobiernos que causan sufrimiento. Paz y amor”.