Algo inusual ocurrió en la
Amstel Gold Race:
Tadej Pogacar lanzó uno de sus característicos ataques en solitario... y no resultó.
En una escena poco común, el esloveno fue alcanzado por Remco Evenepoel y Mattias Skjelmose, lo que dio paso a un emocionante sprint entre tres corredores. Fue Skjelmose quien sorprendió al mundo del ciclismo al llevarse la victoria, dejando atrás tanto a Pogacar como a Evenepoel.
El comentarista belga
José De Cauwer analizó los momentos clave de la carrera en Sporza: "Pogacar se queda con nosotros, lo alcanzan. En la persecución, Evenepoel y Skjelmose se apoyaron mutuamente. Sucedió".
De Cauwer considera que la reacción de Pogacar ante un ataque prematuro de Julian Alaphilippe pudo ser el error decisivo: "Fue un fallo. Pogacar estaba demasiado ansioso. Yo habría esperado un poco más, pero habría arrancado antes. Esos 10 kilómetros fueron quizás excesivos. Pero aun así: no hay excusas. La carrera se ha disputado y tenemos un ganador magnífico".
Por una vez, Pogacar pareció vulnerable. "Estaba a pocos metros y hacía gestos que no le vemos habitualmente", apuntó De Cauwer.
Sobre el desenlace, destacó también el papel de Evenepoel: "Se dejó llevar por Pogacar, que aún no había arrancado. Vio un leve movimiento del maillot, y eso puede ser fatal. Estás preparado, esperando... y te lanzas por ese pequeño gesto".
En cuanto al sprint final, De Cauwer opinó que Pogacar no eligió bien el momento: "Cometió el error de salir demasiado pronto del rebufo de Evenepoel. Quizás pensó que, tras ver el sprint del viernes, tenía que anticiparse. Pero ocurrió lo impensable".
¿Y Skjelmose? Su victoria no solo fue inesperada, también dejó un mensaje alentador para el pelotón: "Es bonito que alguien como él se atreva a seguir intentándolo. Corrió pensando en el tercer puesto, y lo reconoció él mismo".