El triunfo del
Jumbo-Visma y de
Jonas Vingegaard en el
Tour de Francia de 2022 ha sido sin lugar a dudas uno de los grandes momentos de la temporada. El danés explica cómo pasó.
"A veces me despierto y todavía me pregunto si estoy soñando o si realmente he ganado el Tour de Francia. Salgo y compruebo el maillot amarillo... y sigue ahí. Lo tengo en casa, es una buena sensación", compartió Vingegaard en una entrevista con BiciPro. De carácter tímido, el recibimiento de Vingegaard después del Tour en Copenhague fue excepcional, y en los meses siguientes el danés pasó tiempo con su familia y alejado de los focos.
Esto incluyó tiempo para descansar adecuadamente tanto física como mentalmente de una carrera y un logro tan brutales, y luego algo más de tiempo para entrenar de nuevo en la competición.
"Obviamente, las cosas a mi alrededor son diferentes, pero mi vida no ha cambiado mucho", continuó Vingegaard. "Sigo haciendo las mismas cosas: Voy en bicicleta, voy de compras, vivo en el mismo pueblo de 1.500 personas que son siempre las mismas... Es diferente porque ahora me reconoce más gente, por ejemplo, si voy al aeropuerto."
"Pero estamos en casa: nos levantamos, desayunamos tranquilamente. Yo voy en bicicleta mientras mi pareja y mi hija se quedan en casa... De vez en cuando cogemos una especie de bicicleta de carga que nos ha dado el patrocinador para dar una vuelta", detalla.
Está claro que ha valorado este tiempo después del Tour, sobre todo porque a menudo los aspirantes a las Grandes Vueltas tienen que pasar meses fuera de casa en competiciones, campos de entrenamiento y en el propio Tour. Sin embargo, todo ha merecido la pena, dice: "Lo mejor es que hemos corrido como un equipo. Tenemos tantos talentos en el equipo... Teníamos un objetivo final y todos nos ceñimos al plan. Wout [van Aert], por ejemplo, tenía el maillot amarillo, pero renunció a defenderlo para ayudarme".
El equipo holandés consiguió romper a Pogacar en la undécima etapa hasta el Col du Granon, donde se rajó de forma espectacular. A lo largo de las tres semanas, Vingegaard fue una figura inquebrantable, a pesar de que varios de sus compañeros de equipo sucumbieron a las lesiones a lo largo de la carrera.
"Creo que el día más difícil fue cuando perdimos a Steven [Kruijswijk] y a Primoz [Roglic]", revela, refiriéndose a la etapa 15. "Fue un día muy negativo, que tuvo cierto peso. Pero luego tuvimos que seguir luchando, así que nuestro plan era aceptar la situación e intentar hacerlo lo mejor posible y seguir adelante. Pero no se me ocurren otros momentos duros".