Jonas Vingegaard, ganador de los últimos 2 de Francia, ha concedido una entrevista al diario danés Ekstra Bladet en la que ha dado a conocer que se saltó un control antidopaje en 2019 y las causas que le llevaron a no poder hacerlo.
"Me había dejado el móvil en la cocina y el timbre no funcionaba. Intentaron llamarme y estaba claro que era imposible contestar. Por supuesto, no está bien. Pero vinieron dos días después", comentó sobre el suceso.
El danés, en declaraciones traducidas por CyclingNews, reconocía que no es positivo lo que le ocurrió: "No es nada bueno que te cuelguen un control fallido. Es algo en lo que pienso para asegurarme de que no vuelva a ocurrir".
El danés está de acuerdo con el sistema Whereabouts que obliga a los ciclistas a estar disponibles diariamente para ser controlados: "No creo que sea tan complicado, siempre tienes que recordarlo. Es un lío, pero cuando estoy en casa no es tan díficil".
El del
Jumbo-Visma habló del positivo de su compañero de equipo Michel Hessman, aunque sin mojarse demasiado: "
No sé cómo llegó a su cuerpo. Pero creo que el mayor miedo de todo ciclista es que lo consigas a través de algún alimento o algo que comas, y de esa forma dar positivo sin que tu intención haya sido hacer trampas, pero aun así te lo metes en el cuerpo".
EL DOPING, COSA DEL PASADO Jonas Vingegaard acaba la entrevista dejando clara su postura de que hoy en día el ciclismo está más limpio que nunca y que se piensa mal de los ciclistas por lo que sucedió en el pasado:
"No quiero ocultarlo, pero como ha sucedido, sigo pensando que es importante hablar del pasado. Porque si lo escondes debajo de la alfombra, está claro que a la gente puede seguir sin importarle que todo el mundo haga trampas. Si se habla de ello, hay más posibilidades de no hacer trampas, creo yo. Quizá sea una forma de evitar que ocurra en el futuro. Yo no tomo nada, y creo que el resto del pelotón tampoco. Como puedo ganar el Tour de Francia dos veces sin tomar nada, también creo que los demás tampoco toman nada".