Jai Hindley es un apasionado de la alta montaña y puede que nunca tenga una oportunidad mejor para triunfar en el
Tour de Francia que en 2023. Si encuentra su mejor forma, podrá luchar en las subidas sin tener que preocuparse por las pérdidas que tendría en las contrarrelojes en otros lugares.
"Puede que el recorrido nunca sea mejor que este año para un corredor como yo, así que nunca estaré tan cerca de ganar como ahora. Debido a las numerosas subidas, la clasificación caerá razonablemente bien en la primera semana. Además, sólo hay una contrarreloj, que también es corta y montañosa", comentó Hindley en una entrevista con SBS. La única contrarreloj del recorrido es de 22 kilómetros y muy montañosa, donde no debería perder demasiado tiempo.
Si se compara con el Giro de Italia, por ejemplo, que tuvo 55 kilómetros de carrera contrarreloj en su mayor parte llana, el australiano no tendrá que sufrir uno de los defectos que tiene en su armadura. Terminó justo fuera del Top 10 en la contrarreloj del Criterium du Dauphiné, lo que es una gran señal, pero es en las subidas donde se decidirán ambas carreras.
"Sería un sueño subir algún día al podio del Tour. No será fácil, pero es mi sueño desde hace mucho tiempo", admite. "El Tour es el santo grial de este deporte, la carrera más dura y más grande del ciclismo. Si estuviera en el podio o incluso vistiendo el maillot amarillo y ganando la carrera, sería irreal".
Hindley liderará el
BORA - hansgrohe en el Tour. El equipo no estará totalmente construido en torno a él con la presencia de Sam Bennett, además de las de Sergio Higuita y Emanuel Buchmann. Será un reto difícil, pero en el que el australiano puede prosperar, al igual que en el Giro de Italia del año pasado.
"He oído historias sobre la presión que hay en el Tour. Es la carrera más importante de este deporte, así que naturalmente hay más presión y atención. Es un acontecimiento enorme y me estoy preparando lo mejor que puedo. Al fin y al cabo, no es más que una carrera de tres semanas, una gran vuelta, y eso siempre es duro. No importa en qué país sea, me lo tomaré como venga", concluyó.