Jan-Willem van Schip es conocido por sus títulos mundiales en pista en Madison (2023) y Puntuación (2019), pero aún más por su interminable pulso con la comisión técnica de la
UCI. Obsesionado con la aerodinámica, el neerlandés ha introducido un sinfín de innovaciones en el pelotón para ir más rápido (y/o más cómodo), aunque la UCI rara vez comparte su entusiasmo, lo que a menudo termina con un “DQ” junto a su nombre. Así ocurrió en el Tour of Holland de octubre, donde Van Schip acaparó focos en la segunda etapa.
“Se siente como un ajuste de cuentas personal. Llevo dos años con exactamente la misma tija y nunca fue un problema. Pero cada vez que hago algo, lo ponen bajo la lupa. Es realmente molesto”, explicó Van Schip a
WielerFlits.
El neerlandés ha sido descalificado en múltiples ocasiones por distintos motivos, casi siempre por forzar el reglamento UCI en busca de una posición más “aerodinámica” sobre la bici.
La última polémica giró en torno a su tija de sillín: “Mi manillar Toot Engineering es legal. Se probó su impresión 3D y cumple la ISO. La tija es otro cantar. Nuestra marca de bici, Tavelo, tiene una tija demasiado retrasada. Lo notifiqué diez veces y no se hizo nada. Así que pensé: lo haré yo mismo”.
La guerra con la UCI continúa
Con 31 años, optó por una solución casera para la tija. Es sabido que a la UCI no le gustan los materiales “hechos en casa”.
Graeme Obree, que batió dos veces el Récord de la Hora en los noventa, podría contar largo y tendido…
Van Schip entiende que la UCI exija que todo el material cumpla estándares, pero le queda un poso de injusticia. “Al final, es simple: hay que correr con una tija homologada, sí. Y la mía no lo está. Tenía un problema, lo solucioné por mi cuenta y eso no está permitido. Es un chasco, claro, pero nunca imaginé que, tras dos años, de repente pondrían pegas a esa tija”.
“Lo que me molesta es que, si tuviera una bici con el sillín no tan retrasado, o si no midiera 1,94 metros, o si no me llamara Jan-Willem van Schip, o si rodara siempre a cola de pelotón, no habría problema”.
“Hace poco hablé con alguien que me dijo que todos los corredores altos no pueden llevar la altura de sillín por encima de 80 cm. Pero algunos sí lo necesitan. La probabilidad de que haya mucha más gente compitiendo con material que no cumple del todo la normativa UCI es del 100%”, continuó.
“Una vez más: a mí no me salió bien y debería haber insistido más en la homologación. Pero no funcionó, pese a intentarlo quizá un centenar de veces. ¿Es justa la descalificación, después de dos años corriendo así? ¿Qué podía haber hecho yo, como individuo y corredor Conti, para conseguir una tija aprobada?”, se pregunta.
Da la impresión de que solo la UCI ve problemas en sus innovaciones. Dos semanas antes, Van Schip subió al podio en una 1.2 neerlandesa, el Arno Wallaard Memorial, con exactamente el mismo montaje. Sin objeciones.
“También es extraño que quedara tercero en el Arno Wallaard Memorial dos semanas antes con la misma bici. En todas esas otras carreras tampoco hubo nada. Pero llegas al escaparate del Tour of Holland y, de repente, surgen todo tipo de problemas. Da la sensación de doble rasero”.