Filippo Ganna no tuvo la fuerza suficiente para competir por la victoria en la Milán-San Remo, pero mostró una enorme determinación y calidad para acabar en el podio, justo por detrás de Mathieu van der Poel. Quizás en su mejor momento de forma, el italiano sueña con lograr una gran victoria en las clásicas esta primavera.
"No, Ganna no es un arenero ni un quejica. La Tirreno-Adriático le ha pasado factura", afirmó Ciro Scognamiglio, periodista de la Gazzetta. "Ganna hizo una gran Tirreno, terminando segundo por detrás de Juan Ayuso. No se arrepiente de su esfuerzo, pero le dejó una sensación de cansancio".
Hasta ahora hemos visto a un Ganna fuerte, incluso en sus peores días. Esto se debe a una buena preparación durante la temporada baja. "A diferencia del año pasado, este invierno no se ha visto afectado por la gripe y otros virus. Además, este año Ganna está dejando un poco de lado la pista (su gran amor). Sigue entrenando en pista a veces, pero se saltará el Mundial de Pista de mediados de octubre".
Ganna tampoco competirá en el Giro de Italia este año. "La primera parte de la temporada se centra exclusivamente en las clásicas. Luego llegará la escapada y el Tour de Francia, donde ayudará al equipo y buscará etapas", explicó Scognamiglio.
La Milán-San Remo era su primer gran objetivo esta primavera, pero la París-Roubaix es ahora su gran meta. "Aunque allí será difícil batir a Van der Poel", reconoció Scognamiglio. Por si sirve de algo, Ganna al menos sabe lo que es ganar en Roubaix desde 2016, cuando se impuso en la variante sub-23. "Ganna ganó la versión sub-23 de la París-Roubaix y terminó sexto entre los profesionales hace dos años. Pero Van der Poel, obviamente, tiene muchas más credenciales en el Infierno del Norte".
El tiempo jugará un papel crucial para Ganna en Roubaix. A diferencia de Van der Poel o Wout van Aert, el italiano prefiere correr en seco. "Le gusta correr con buen tiempo. Con lluvia, Van der Poel tiene una ventaja extra gracias a sus habilidades en ciclocross", concluyó Scognamiglio.