El danés
Mattias Skjelmose ha asumido un papel de enorme responsabilidad en el
Mundial de 2025, que se celebran en Kigali, Ruanda. La ausencia de Jonas Vingegaard, habitual líder de la selección, ha dejado un vacío que convierte a Skjelmose en el referente de su país y en la gran esperanza de Dinamarca para la prueba en ruta.
Consciente del desafío, el ciclista no rehúye el protagonismo y se prepara para liderar al equipo en uno de los escenarios más exigentes y peculiares que puede ofrecer el calendario internacional. En su primer reconocimiento de la ruta que definirá el Mundial, Skjelmose experimentó en carne propia las condiciones únicas de la capital ruandesa.
El aire en altura le provocó una sensación inusual. “No estoy seguro si había un poco de contaminación en el aire, pero había algo que hacía arder un poco mis pulmones”, confesó en declaraciones a
TV2. Aun así, el corredor aclaró que la altitud no le afectó de manera significativa: “Aparte de eso, sin embargo, realmente me gusta. Realmente no noto la altitud”.
El danés, que este mismo año brilló con una victoria de prestigio en la Amstel Gold Race, se mostró optimista tras su primer contacto con el recorrido. “Diría que estoy gratamente sorprendido. Parece que tenemos algunas carreteras muy buenas para recorrer. El entrenamiento de hoy fue muy bien”.
Para él, lo esencial será centrarse en la dureza deportiva del trazado, dejando en un segundo plano las particularidades logísticas o ambientales que impone Kigali.
El propio Skjelmose reconoció que en algún momento consideró no participar en los Mundiales. “Por supuesto que pensé en ello [saltarse los Mundiales]”, admitió con honestidad. Sin embargo, esa incertidumbre desapareció en cuanto pisó Ruanda.
“Realmente nada cambió una vez que llegué. Estoy gratamente sorprendido, aunque todavía necesitamos tomar las precauciones necesarias. Los pensamientos que tuve sobre quizás saltarme los Mundiales se quedaron en Europa. Ahora que estamos aquí, no hay nada que podamos cambiar”.
Mattias Skjelmose será el líder de Dinamarca en el Mundial de Kigali con la ausencia de Jonas Vingegaard
La visión del seleccionador Michael Morkov
El entrenador nacional de Dinamarca, Michael Morkov, coincide en la valoración positiva de su líder. Destacó tanto las condiciones del país anfitrión como la calidez de su gente: “Creo que es limpio y ordenado aquí. Las carreteras son buenas y la gente es muy amable y servicial. En realidad, es un buen lugar para venir, me recuerda mucho a casa”.
No obstante, Morkov también puso de relieve los contrastes que caracterizan a Kigali y que sorprenden a los europeos recién llegados. “A solo cinco kilómetros de distancia, ya ves a los locales andando en bicicleta con 500 bananas apiladas en la parte trasera de sus bicicletas. Es un contraste marcado, pero hasta ahora, ha sido una experiencia mucho más grande de lo que esperaba”.
La baja de Jonas Vingegaard ha modificado radicalmente las perspectivas del combinado danés. La responsabilidad recae ahora de manera directa sobre Skjelmose, que deberá liderar a su país en un recorrido que pondrá a prueba tanto la resistencia física como la inteligencia táctica de los corredores, además de su capacidad de adaptarse a la altitud.
Morkov enfatizó el trabajo realizado por la Unión Ciclista Danesa para asegurar que el equipo esté preparado frente a los retos logísticos y ambientales de Kigali. La selección confía en que la organización previa permita a los ciclistas rendir al máximo cuando llegue la hora decisiva.
Con la carrera de ruta acercándose, Skjelmose mantiene una idea muy concreta de lo que espera de sí mismo y de su equipo. “Ahora que estamos aquí, no hay nada que podamos cambiar. Solo tenemos que rodar de manera inteligente y darlo todo”, afirmó con determinación.