Florian Lipowitz no era demasiado conocido en el mundo del ciclismo en las categorías inferiores. Y es que el alemán practicaba otro deporte, el biatlón para ser más precisos. En 2020, probó con la bicicleta y sus buenas actuaciones le llevaron a valerle un contrato con el BORA - hansgrohe dos años después. En 2024 se dio a conocer para el público más amplio con su tercer puesto en la clasificación general final de una carrera tan prestigiosa como es el Tour de Romandía, a 9 segundos del ganador Carlos Rodríguez y a 2 de Aleksandr Vlasov.
En 2025 ha dado un paso más siendo segundo en la París-Niza por detrás de Matteo Jorgenson, 4º en la Itzulia tras Joao Almeida, Enric Mas y Maximilian Schachmann y tercero en el Critérium du Dauphiné después de Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard en la carrera de preparación para el Tour. Precisamente en la ronda gala, hemos tenido el mismo Top 3: "Subir al podio del
Tour de Francia es un sueño hecho realidad. Llevaba años imaginándolo, aunque no creía que fuera a ocurrir tan pronto."
Con Primoz Roglic en su equipo, Lipowitz ha sido finalmente el líder del
Red Bull - BORA - hansgrohe: "Con el clima, no ha sido precisamente una jornada agradable, pero lo he dado todo y estoy satisfecho con el resultado. Ha sido una experiencia de mucho aprendizaje; apenas es mi segunda Gran Vuelta. He pasado por momentos difíciles, pero siempre he mantenido la fe en mí mismo. Cuando comencé en el ciclismo, ni siquiera sabía si algún día correría el Tour... ¡y ahora estoy en el podio!", dijo tras finalizar 52º a 5 minutos y 14 segundos de Wout van Aert en la 21ª y última etapa, en una jornada en la que no importaba la diferencia de tiempo, ya que se cerraron a falta de 50 kilómetros para la meta.
Por último, hizo una valoración final sobre su nivel: "Veremos qué depara el futuro. Espero poder seguir rindiendo a este nivel. Después del Dauphiné, sentí que tenía buenas piernas, pero competir durante tres semanas es un reto completamente distinto. Estoy orgulloso de lo que he hecho, pero también del trabajo de todo el equipo. Hemos estado muy unidos y hemos peleado hasta el final. Es algo verdaderamente especial". Lo que está claro es que Lipowitz ha llegado para quedarse y, con 24 años, se coloca como un candidato serio al maillot amarillo en los próximos años.