Emmanuel Macron, Presidente de la República Francesa, es un gran aficionado al deporte. Ya lo ha demostrado con su presencia en partidos de la selección de fútbol o de rugby, hablando de Kylian Mbappe y con los Juegos Olímpicos. Con motivo del 60 aniversario de las primeras relaciones diplomáticas entre China y Francia, ha invitado a su homólogo Xi Jinping a uno de los puertos más emblemáticos de su país.
Y no sería Macron si las conversaciones no giraran en torno al
Tour de Francia durante al menos un breve momento. Pero siendo Macron el gran defensor de La Grande Boucle que es, el presidente francés no perdió la oportunidad de invitar a Xi Jinping y a su acompañante a ver el mundo desde la cima del Col du Tourmalet.
En la cima de la mítica subida del Tour de Francia, los dos intercambiaron pensamientos en una cabaña tradicional de montaña, Macron sorprendió al presidente chino con un regalo verdaderamente perteneciente a este emblemático puerto pirenaico: el famoso maillot amarillo.
Si a Xi Jinping le ha gustado este regalo queda a la imaginación del lector, pero una cosa es segura, es muy poco probable que lo cuelgue en la pared de su despacho cuando regrese a Pekín.