Michael Matthews ha sido durante mucho tiempo una amenaza constante para la victoria en algunas de las carreras más importantes. Una victoria en un monumento sigue siendo algo esquivo para el as australiano, aunque no puede estar mucho más cerca que en 2024 en
Milán-San Remo, donde Matthews fue segundo.
Con la victoria decidida en un reducido sprint del pelotón, Matthews habría creído con razón en sus posibilidades de éxito. Incluso cuando comenzó el sprint, el líder del Team Jayco AlUla parecía tener buenas opciones al principio, pero al final tuvo que reconocer su derrota ante Jasper Philipsen, del Alpecin-Deceuninck, por la mínima. ¿El que se escapó? Según el entrenador del Team Jayco AlUla, Valerio Piva, Matthews se llevó la victoria.
"Podía haber ganado, pero Matthews fue correcto en cierto sentido, porque no insistió en mantener a Philipsen en la cuerda. Tenía derecho porque iba delante, en cambio le abrió la puerta y claramente el otro pasó", recuerda Piva sobre la "oportunidad perdida" en conversación con
Bici Pro. "En cambio, en Flandes le descalificaron del tercer puesto por un ligero movimiento, pero esa es otra historia".
"Era una opción, está claro que Michael era uno de los posibles. Pero en el momento, el segundo puesto está bien, porque en la salida nunca sabes si puedes ganar", prosigue el técnico, recordando su propia experiencia en la final. "Desde el coche ves las imágenes de televisión que ya están retrasadas, además de que va a tirones. Luego oyes la radio, pero en esos momentos no dan mucha información. Así que también nos quedamos callados o animamos y damos las últimas recomendaciones. Pero no es que puedas guiar al piloto o decirle exactamente lo que tiene que hacer, a partir de ahí son ellos los que deciden. Además no vi la televisión y ni siquiera vi lo que pasó en el sprint. Luego escuché el orden de llegada y descubrí que había llegado segundo. Pero luego, viendo la película, empezó a arder aún más".
También puede ser que a Matthews le falte algo de instinto asesino. "Por cómo le he conocido este año, a veces parece un poco blando. Desde fuera siempre pensé que era un auténtico bulldog, un perro, uno de los duros. Cuando tenía a Van Avermaet, se peleaba con él y con Sagan. Siempre pensé que era muy duro, pero conociéndole y escuchando lo que dicen en el equipo, resulta que siempre es un poco dubitativo", explica Piva. "Es un corredor con mucha clase y por eso consigue sus resultados: se le puede decir cualquier cosa menos que es injusto. De hecho, desgraciadamente es todo lo contrario".