Dos semanas después de la histórica victoria de
Pauline Ferrand-Prévot en el
Tour de Francia femenino de 2025, la discusión en torno a su aparente pérdida de peso ha encendido un debate más amplio en el ciclismo profesional. Ahora, la Alianza de Ciclistas (TCA), el sindicato que representa a las corredoras, ha intervenido para instar a la UCI a introducir pruebas anuales obligatorias para detectar el RED-S (deficiencia energética relativa en el deporte) y evaluar la densidad mineral ósea.
La presidenta de la TCA, Grace Brown, dejó clara la postura del sindicato en un comunicado: "Trabajamos constantemente para que el ciclismo profesional sea una carrera sostenible y satisfactoria para las mujeres. La salud y el bienestar de las corredoras son vitales para la longevidad de sus trayectorias. El sistema actual no está diseñado para proteger la salud femenina, por lo que creo que es nuestro deber seguir educando y abogando por mejores normas que permitan a las mujeres rendir con cuerpos bien alimentados, fuertes y felices".
El comunicado oficial de la TCA solicita al organismo rector del ciclismo que reconsidere sus propuestas previas: "Hoy invitamos a la
UCI a revisar nuestra propuesta y le ofrecemos nuestro apoyo y experiencia. Aunque somos conscientes de que esto puede requerir cierto trabajo para garantizar una aplicación adecuada, creemos que vale la pena el esfuerzo de establecer algún tipo de protocolo para los ciclistas de ambos sexos que compiten profesionalmente en la UCI". La organización también confirmó que este otoño lanzará una campaña centrada en la educación y concienciación sobre la salud y el bienestar de los atletas.
La actuación de Ferrand-Prévot, primera ciclista francesa en décadas en ganar el maillot amarillo, fue aclamada como uno de los mejores momentos del ciclismo femenino moderno. Sin embargo, la transformación de su físico en vísperas de la carrera generó comentarios en el pelotón. Es evidente que algunos de sus competidores no ven con buenos ojos su pérdida de peso.
Marlen Reusser, una de sus rivales, habló abiertamente de la situación: "Esperábamos en secreto que no tuviera éxito", admitió. "Pauline Ferrand-Prévot ha establecido un nuevo estándar. Cuando las corredoras logran tanto adelgazando así, nos presiona a todas".
La segunda clasificada,
Demi Vollering, se refirió a las implicaciones más generales de estas tendencias: "Tomo, y seguiré tomando, todas las decisiones de mi carrera anteponiendo mi salud". Por su parte, la octava clasificada, Cédrine Kerbaol, describió el momento actual del deporte como "peligroso" en lo que respecta a las cuestiones relacionadas con el bajo peso corporal.
Ferrand-Prévot defendió con franqueza su estrategia de preparación: "He perdido peso solo para esta carrera. Lo hice con mucha ayuda del equipo", declaró a Sporza, detallando la red de apoyo con la que contó. Con un nutricionista, un chef y un entrenador nutricional a su lado, aseguró que "todo podía ser analizado".
Marianne Vos, leyenda del ciclismo femenino.
Rechazó las insinuaciones de que su método fuera temerario: "Mi pérdida de peso fue algo controlado e inteligente. Hubo mucho alboroto al respecto, pero no me lo tomo como algo personal. Somos deportistas profesionales. Simplemente me preparé lo mejor que pude para la carrera más importante del mundo. Los últimos días del Tour fueron muy duros, así que los vatios por kilogramo fueron muy importantes. Es solo un proceso".
El ciclismo femenino, a debate
El RED-S es un trastorno reconocido, causado por una ingesta energética insuficiente para cubrir las exigencias del entrenamiento y la vida diaria, que provoca alteraciones hormonales, disminución de la densidad ósea y mayor riesgo de lesiones.
Al vincular el cribado de RED-S con las pruebas de densidad mineral ósea, la TCA espera que estos controles se integren en el calendario médico habitual de los ciclistas, al igual que los análisis de sangre o las revisiones cardiacas. Su argumento es que, sin salvaguardias sistémicas, la presión competitiva para mejorar el rendimiento mediante una reducción extrema de peso seguirá sin control, lo que podría acortar las carreras y perjudicar la salud a largo plazo.
El caso de Ferrand-Prévot refleja esa tensión: para ella, la reducción de peso formaba parte de un plan controlado. Pero para otros, el precedente visual y competitivo que sienta puede generar expectativas peligrosas, especialmente entre los ciclistas más jóvenes o quienes no tienen acceso al mismo nivel de apoyo profesional. La cuestión es si se trata de una ganancia marginal más o si se ha ido demasiado lejos. El dilema está en dónde poner el límite.