El Pauwels Sauzen-Bingoal ha conseguido su primera victoria de la temporada en el Druivencross.
Michael Vanthourenhout desempeñó un papel fundamental, pero tuvo que dejar la victoria en manos de su compañero de equipo y amigo Eli Iserbyt.
Cinco segundos y seis terceros puestos: ése fue el botín del Pauwels Sauzen-Bingoal tras algo menos de un mes de competición. Faltaba una gran victoria. "Nos hemos echado a perder en los últimos años, ¿no? Siempre ganamos nuestros cruces en esos primeros meses de la temporada. No voy a decir que fuera realmente desalentador, pero el deseo de una victoria era grande. Sabíamos que lo estábamos haciendo bien, todo el mundo había vuelto fuerte de la concentración", explica Vanthourenhout a WielerFlits.
Para ello, los dos líderes tuvieron que deshacerse primero de Thibau Nys. Eso no funcionó hasta que una caída se llevó por delante al joven belga. "Intenté escaparme, pero sentí que Thibau volvía. Un duelo hombre contra hombre no era lo ideal para nosotros, así que preferí que volvieran Lars van der Haar y Eli. Cuando podemos jugar en equipo, siempre somos mejores".
"Al final lo impusimos nosotros. Thibau hizo un intento de todo o nada para volver a montar a Eli, porque todos sabíamos que esa última diagonal sería crucial, dada la línea de meta más bien corta", dijo el vigente campeón belga y europeo. "Ha sido una batalla fantástica. Está muy bien que alguien como Thibau esté ahí para dar un espectáculo extra a los cruces. Si sales vencedor de una carrera así, es una recompensa extra".