Lo que debía ser una jornada más en su incipiente carrera como director deportivo, se convirtió en una anécdota insólita para
Luke Rowe, ex ciclista profesional y ahora miembro del staff técnico de Decathlon AG2R La Mondiale. Durante la
Amstel Gold Race 2025, Rowe vivió una situación tan absurda como caótica: se perdió mientras conducía el coche del equipo.
El incidente ocurrió tras un aparatoso accidente colectivo a más de 100 kilómetros de la meta, que obligó a varios coches del convoy a detenerse. En declaraciones realizadas en el
podcast Watts Occurring, que comparte junto a Geraint Thomas, Rowe relató los pormenores de su inesperada odisea. “Yo iba en el segundo coche de seguimiento, así que estábamos bastante atrás”, explicó. “Y eso puede generar complicaciones, sobre todo si hay una caída masiva”.
Al aproximarse al lugar del accidente, la situación se volvió caótica. “Tuvimos que parar completamente. Había ciclistas por todos lados, coches detenidos, fue un auténtico embotellamiento. Pasaron cinco minutos y decidimos avanzar lentamente, coche a coche”.
Fue entonces cuando el ex corredor del
INEOS Grenadiers perdió el rumbo. “Seguimos a uno de los coches del INEOS... él giró a la izquierda, yo también, y de repente, ya no estábamos en el recorrido. Nos habíamos salido de la ruta oficial”.
La confusión obligó a Rowe y su equipo a recorrer las estrechas carreteras secundarias de Limburgo en busca del convoy oficial. Sin embargo, lejos de recuperar la trazada correcta, acabaron cometiendo un error aún mayor. “En un momento dado, nos dimos cuenta de que estábamos por delante de la carrera. Y eso está totalmente prohibido. Si el jurado nos ve, puede haber sanción”. Entre risas, Rowe contó cómo maniobró para evitar problemas mayores: “Di marcha atrás y literalmente escondí el coche detrás de unos arbustos para no ser visto. Por suerte, pudimos reconectar con la carrera sin más incidentes”.
Para Rowe, habituado a navegar por pelotones en condiciones extremas durante su carrera profesional, la experiencia sirvió como recordatorio de que la carretera no siempre es más fácil desde el asiento del copiloto. “Fue una buena lección. Montar en bici en estas rutas lo tengo dominado… conducir por ellas, no tanto”, bromeó.