La
Itzulia 2024 fue una auténtica prueba de resistencia para los corredores. Se presentaron en la salida
Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel y Primoz Roglic como grandes favoritos a la victoria, y todos ellos se fueron al suelo junto a algunos más en un descenso fatídico. La caída les dejó secuelas importantes que les perjudicaron de cara a las siguientes semanas.
El danés abandonó la carrera en camilla, dirigiéndose a la parte trasera de una ambulancia con una máscara de oxígeno, sufriendo graves lesiones como una clavícula rota, varias costillas rotas y, lo que es más preocupante, un pulmón perforado que dejó al líder del
Visma - Lease a Bike en cuidados intensivos. Como demuestra su más que meritoria actuación en el Tour de Francia, la caída sorprendentemente no acabó del todo con las esperanzas de Vingegaard para la temporada, pero eso no impidió que tuviera un gran efecto en el director deportivo del equipo,
Frans Maassen.
"Me tomo las cosas como algo personal. Lo sé: No puedo hacer nada para evitar que Jonas se caiga, pero estaba en el coche detrás de él para entrenarle", recuerda Maassen sobre el incidente en conversación con
Wieler Revue. "Entonces te sientes muy desgraciado cuando alguien está en semejante lío. También sobre uno mismo. Realmente asumir la culpa no es el término adecuado, pero me planteo todo tipo de escenarios en mi cabeza para ver qué podría haber hecho de otra manera. Como después del incidente entre Dylan Groenewegen y Fabio Jakobsen en el Tour de Polonia".
Como ya se ha comentado, tampoco era la primera experiencia de Maassen en una caída tan grave. "También dije que Dylan tenía que pasar bien la última curva. No creo que pudiera hacer nada al respecto, pero tienes cierta responsabilidad", explica. "El día después del accidente en Polonia, fui a la salida con plomo en los zapatos. Me sentí muy mal por lo que había pasado. No puedo quitármelo de encima".