La organización de la
Vuelta a España seguía siendo criticada ayer por el retraso de la contrarreloj por equipos. Hoy, sin embargo, la organización recibió elogios. Para evitar caídas, el tiempo se midió nueve kilómetros antes de la llegada.
El director deportivo del
Jumbo-Visma,
Merijn Zeeman, está contento con la elección. "La organización se merece un elogio por la elección que han hecho", declaró a Eurosport.
"La etapa de hoy indica que es importante seguir debatiendo sobre la seguridad en la carrera junto con la UCI y los distintos equipos", prosigue Zeeman. "¿Cómo nos comportamos cuando se dan estas circunstancias? En general, me gustaría dar las gracias a la ASO por establecer el tiempo a nueve kilómetros de la meta."
Por otra parte, todavía se podían ganar segundos de bonificación en la cima de Montjuïc y en la meta. Para los hombres de la clasificación, estos segundos podrían haber sido muy valiosos. Zeeman también lo reconoce: "Hay algunas cosas que mejorar, pero éste ha sido un buen primer paso".
Durante la etapa, el Jumbo-Visma tampoco salió ileso. Por ejemplo, Jonas Vingegaard pinchó y Primož Roglič se estrelló. La formación neerlandesa intentó entonces en vano frenar el ritmo.
"Cada vez llegamos más a un punto en el que los corredores entienden que tienen derecho a tomar sus propias decisiones. Siempre hay una etapa que ganar o un maillot que coger, pero ¿a qué precio? Hoy las posibilidades de caída eran tan grandes que los propios corredores decidieron bajar el ritmo".