Carlos Verona afronta una nueva temporada en el WorldTour con la calma que otorga la experiencia y la motivación intacta de quien todavía siente que tiene mucho que aportar. A sus 33 años, el madrileño vive un momento especial dentro de un
Lidl-Trek reforzado, ambicioso y con el objetivo declarado de convertirse en el mejor equipo del pelotón, ahora impulsado también por la llegada de
Juan Ayuso.
Verona llega a su décima temporada en el WorldTour con sensaciones muy similares a las de sus inicios. En una entrevista con
MARCA, reconoce que sigue “con la misma ilusión que cuando empecé”, algo que considera especialmente valioso tras tantos años de profesión. El ciclista subraya que ha pasado más tiempo que nunca con el equipo y que el proyecto a tres temporadas que tiene por delante resulta muy estimulante. En esta etapa final de su carrera, su objetivo es claro: “exprimir cada temporada al máximo y seguir sumando nivel año a año para dejarlo lo más alto posible”.
Entre los desafíos que todavía le quedan por cumplir,
Verona no duda en señalar uno por encima del resto: ganar una gran vuelta ayudando a un compañero. Cree firmemente que ahora es posible, viendo la evolución del equipo y los fichajes realizados. Incluso trasladó esa inquietud a la dirección deportiva y salió reforzado al escuchar que el camino elegido va en esa dirección. Para el madrileño, no se trata de tener prisa, sino de mantener “la convicción de que puede llegar” en un entorno cada vez más fuerte y con mayores recursos.
En lo deportivo, su temporada arrancará en la Vuelta al Algarve para evaluar su estado tras la concentración en altura. Después llegará otra carrera por etapas de una semana, con París-Niza o la Volta a Catalunya como opciones principales, antes de un parón orientado a preparar el Tour de Francia. Estar en la ronda francesa no será sencillo por la elevada competencia interna, pero Verona no oculta su deseo de formar parte del equipo, atraído también por la salida desde Barcelona y por su buena sintonía con corredores como Mads Pedersen.
Convivencia de líderes y peso del grupo
La acumulación de talento en el Lidl-Trek plantea retos de convivencia, algo que Verona asume con naturalidad. Considera que el espíritu colectivo debe estar siempre por encima de las individualidades y recuerda que muchos de los líderes ya han demostrado saber trabajar para los demás. Desde su rol de veterano, se ve como una pieza clave para aportar equilibrio, cuidar la armonía del grupo y ayudar a gestionar posibles egos dentro de una cultura de equipo que define como sólida.
Más allá de ese sueño de ganar una gran vuelta desde el trabajo colectivo, Verona no persigue metas individuales concretas. Asegura que, si alguna vez surgiera la opción de luchar por algo más, lo haría con determinación, pero siempre sin que eso suponga aprovechar la desgracia de un compañero. Su prioridad es clara: “contribuir a los éxitos colectivos y estar ahí cuando el equipo me necesite”.
Preguntado por la posibilidad de destronar a Tadej Pogacar, el madrileño es realista. Reconoce que el esloveno está actualmente “un paso por delante”, aunque insiste en que el ciclismo cambia rápido. Destaca la apuesta del equipo por el entrenamiento y la innovación, y se muestra convencido de que, con constancia y procesos bien hechos, algún día el Lidl-Trek podrá estar en lo más alto.
Tadej Pogacar es el mejor ciclista del mundo
Un proyecto a medio y largo plazo
Verona no fija una fecha concreta para el gran salto definitivo del equipo. Considera que todo forma parte de un proceso a medio y largo plazo, en el que es fundamental avanzar sin prisas ni ansiedad. Para él, la presión puede ser positiva siempre que no se convierta en obsesión, y cree que lo importante es estar preparados cuando llegue la oportunidad.
Sobre Juan Ayuso, Verona transmite sensaciones muy positivas. Lo ve motivado, ilusionado y con una energía que ha contagiado al grupo. Considera que su llegada cubre una necesidad evidente del equipo en las vueltas por etapas y aporta ambición y más opciones en el calendario. En el plano personal, destaca que ha descubierto a “un chaval joven, inteligente, con ganas de aprender y de progresar”, convencido de que en Lidl-Trek puede desarrollarse plenamente.
Verona valora especialmente el carácter de Ayuso y su forma de expresarse. Le ha aconsejado que no tenga miedo a decir lo que piensa, incluso cuando no sea lo más políticamente correcto. Cree en los líderes carismáticos y en aquellos que hablan claro, aunque matiza que con el tiempo se aprende a elegir qué batallas merece la pena librar.
Un equipo que aspira a todo
Tras años en la estructura, Verona se siente afortunado de formar parte de un equipo que quiere ser el número uno. Asume que el camino no será lineal y que habrá errores, pero destaca que existen las herramientas, los corredores y el respaldo necesarios para intentarlo con ambición y motivación.
Fuera de la carretera, el madrileño sigue cultivando su faceta como organizador y empresario. Reconoce que necesita proyectos más allá de la bicicleta y celebra el crecimiento de la clásica que organiza, que dará un nuevo salto el próximo año. Eso sí, cuando llega el momento de preparar grandes objetivos como el Tour, desconecta por completo para que nada interfiera.
Por último, Verona se muestra ilusionado con la progresión de jóvenes talentos como
Héctor Álvarez. Destaca su enorme potencial, su proceso tranquilo y su madurez, y considera un privilegio poder ayudarle en su desarrollo. Su deseo es claro: que pueda dar muchas alegrías tanto al Lidl-Trek como al ciclismo español.