En la arena sagrada de los adoquines, donde los hombres se forjan en barro y dolor, Wout van Aert volvió a demostrar que es uno de los grandes guerreros del ciclismo contemporáneo. Pero una vez más, la gloria del Monumento le fue esquiva. En la París-Roubaix 2025, el belga del Visma - Lease a Bike firmó un luchado cuarto puesto, perdiendo el podio en un sprint agónico ante Mads Pedersen, y quedando a más de dos minutos del imbatible Mathieu van der Poel.
No fue un día cualquiera para Van Aert. Fue una jornada marcada por la resiliencia, en la que el dolor físico y la frustración mental se cruzaron con la ambición. Apenas comenzada la batalla, una caída lo sacudió: la rodilla, ya golpeada en ocasiones anteriores, volvió a resentirse. Pero el belga, fiel a su espíritu indomable, volvió al pelotón de favoritos.
En la mítica Trouée d’Arenberg, símbolo del caos y la selección natural del ciclismo, Van Aert pareció vacilar de nuevo. Incluso su joven compañero Matthew Brennan lo dejó atrás. Y aun así, el líder del Visma nunca se rindió.
Las palabras del propio Van Aert, en la línea de meta, reflejan con sinceridad la mezcla de decepción y orgullo que lo acompañó en Roubaix: “Me he quedado con una sensación un poco extraña”, confesó. “En Arenberg no tenía piernas, no podía tirar, no sé lo que me pasaba. En ese momento, no pensé que participaría en la final. Pero después me sentí mejor, aunque Mads era más fuerte hoy”.
Con la voz de quien sabe que ha dado todo en la batalla, Van Aert concluyó: “El objetivo era conseguir más, por supuesto, pero creo que he terminado donde me correspondía en las dos carreras. Tengo que estar satisfecho con eso, aunque quería más. Di todo lo que tenía, y tengo que estar orgulloso de ello”.
🇫🇷 #ParisRoubaix
— Team Visma | Lease a Bike (@vismaleaseabike) April 13, 2025
Fourth place for Wout van Aert. 🇫🇷🪨
Once again, he fought like a warrior. 🐝 pic.twitter.com/Nr2orWcjQm