La Tre Valli Varesina tuvo que ser cancelada tras intentar celebrarse en condiciones climatológicas muy adversas que hicieron que los ciclistas pusieran el pie a tierra.
Para algunos, la decisión fue un alivio, y los pilotos se apresuraron a refugiarse en los autobuses de sus respectivos equipos una vez confirmada la cancelación. Para otros, sin embargo, los pensamientos se centraron inmediatamente en cómo las cosas podrían, y tal vez deberían, haberse hecho de otra manera. Una de esas voces de descontento vino del director deportivo del Soudal - Quick-Step, Klaas Lodewyck.
"El mal tiempo que se predijo ayer y esta mañana también nos afectó. Entonces sabes que son carreras peligrosas. Así que realmente no entiendo por qué hubo otra vuelta aquí", reflexiona en declaraciones posteriores a la carrera recogidas por
HLN. "Esa bomba de agua hizo que se desprendieran tapas de alcantarilla en la bajada. Por el mismo dinero, 30 ciclistas podrían haberse estrellado allí. Sabiendo que murió otra persona en el Campeonato del Mundo de Suiza, no me cabe en la cabeza", añade, refiriéndose a la trágica muerte de Muriel Furrer en la carrera femenina júnior en ruta disputada recientemente en Zúrich.
"Pero es como siempre: uno quería correr, el otro no. Nunca se toma una decisión en conjunto. Y entonces ocurre algo como esto, por supuesto", concluye Lodewyck, que incluso hace una propuesta que cree que podría haber contentado a todos. "Porque esto es y sigue siendo una mala imagen para la carrera, por supuesto. La organización quería hacer una vuelta extra para tener el prometido mejor tiempo, pero a los pilotos no les gustó. Podrían haber aplazado la carrera un poco más. Entonces habríamos visto dos buenas horas de bonita carrera".
Para corredores como
Remco Evenepoel, del Soudal - Quick-Step, y Tadej Pogacar, favorito antes de la carrera, la atención se centra ahora en el fin de semana y en el último monumento de la temporada... Il Lombardia.