El Caso Festina es uno de los escándalos de doping más recordados de la historia del ciclismo y del deporte en general. Manchó el Tour de Francia 1998 por completo, dando también inicio al periplo de Lance Armstrong, que ganó las siete ediciones consecutivas entre 1999 y 2005, antes de ver todos sus títulos borrados. En el podcast Café Eddy, el ex ciclista danés de la época Brian Holm dio su punto de vista sobre aquella situación.
"Lo más fácil sería lanzarse y decir lo terrible que fue todo. Lo más fácil es adoptar una postura y decir lo mismo que los demás: "Todo el mundo se está dopando, cerrad el ciclismo", empezó Holm, reflexionando sobre la condena generalizada del deporte en aquella época.
Holm criticó la narrativa negativa perpetuada por los políticos y los medios de comunicación: "Los políticos y los periodistas siempre podían encontrar un profesor que dijera que no se puede completar el Tour de Francia sin estar dopado, que todo son drogadictos atados. Todos querían que nos fuéramos donde crecía la mala hierba, así que fue agradable que apareciera alguien que defendiera el deporte", dijo refiriéndose al cineasta y defensor del ciclismo danés Jørgen Leth.
El propio Holm mantuvo su compromiso con el deporte, incluso en medio de la tormenta de críticas: "Me negué a echarme atrás. No quería quedarme ahí disculpándome y lloriqueando y diciendo que todo era terrible. Cuando la gente dijo que el ciclismo estaba muerto, me levanté y dije: 'Puede que sea cierto, pero yo seguiré pedaleando, lo he hecho toda mi vida'", concluyó.
El Tour de Francia de 1998, que finalmente ganó Marco Pantani, vio cómo varios equipos se retiraban a raíz del caso Festina, uno de los escándalos de dopaje más importantes de la historia del ciclismo. Fue un capítulo de una de las historias más oscuras de la historia del ciclismo, y todavía hoy siguen saliendo a la luz más y más historias que ofrecen una visión más profunda de lo oscura que fue esta saga de dopaje.