El
Tour de Francia coronará esta tarde en París a los ganadores de todas las clasificaciones, pero no solo a ellos. También recibirán su merecido reconocimiento dos corredores que han brillado por su entrega y combatividad a lo largo de estas tres semanas: el mejor gregario de la edición y el ciclista más combativo. Este año, los elegidos para subir al podio de los Campos Elíseos en esas categorías son
Quinn Simmons y
Ben Healy.
Quinn Simmons, del equipo Lidl-Trek, ha sido distinguido como el mejor gregario del Tour 2025. Aunque ha buscado sus propias oportunidades en varias escapadas, no logró alzarse con ninguna victoria de etapa. No obstante, su labor como escudero ha sido fundamental para el éxito de su equipo, especialmente en las etapas llanas, donde trabajó incansablemente para controlar las escapadas y preparar el terreno para los sprints de Jonathan Milan, ganador de la clasificación por puntos.
Simmons pasó numerosos días tirando del pelotón, asumiendo la responsabilidad en cabeza de carrera y contribuyendo a mantener el control en momentos clave. Su actuación más destacada fue en la etapa 17, con final en Valence —la última jornada completamente llana del Tour—, donde su esfuerzo fue clave para neutralizar una peligrosa fuga y garantizar una llegada al esprint. Además, su protagonismo en los sprints intermedios fue constante, demostrando su compromiso con el equipo y su rol de líder en el tren de lanzadores.
En cuanto al premio al corredor más combativo, la decisión no fue sencilla, con nombres como Jonas Abrahamsen y Lenny Martínez entre los principales aspirantes. Sin embargo, el jurado se decantó por el irlandés Ben Healy, del EF Education-EasyPost, quien ha sido uno de los corredores más valientes y ofensivos de toda la carrera. Healy no solo se lleva el galardón por su actitud agresiva, sino también por sus resultados: ganó la sexta etapa tras una larga escapada en solitario, se enfundó el maillot amarillo y finalizará el Tour dentro del Top 10 de la clasificación general.
Después de perder tiempo en las primeras jornadas, Healy resurgió con una gran victoria en la sexta etapa, con final en Vire Normandie, tras una cabalgada en solitario que le permitió vestirse de líder. Posteriormente, volvió a la carga en la décima etapa con otro ataque exitoso que lo mantuvo en cabeza de carrera. En la etapa 16, con final en el mítico Mont Ventoux, volvió a intentarlo, esta vez quedándose a las puertas de la victoria tras cruzar la meta en segunda posición. Sin embargo, ese esfuerzo le sirvió para escalar posiciones en la general, situándose entre los mejores hasta el final del Tour.
Tanto Simmons como Healy ejemplifican el espíritu de lucha y sacrificio que define a los corredores que, más allá de las clasificaciones oficiales, dejan una huella imborrable en la carrera más prestigiosa del calendario ciclista.