¡Así de cubierto de nieve está el final del día más especial del Tour de Francia a menos de 3 meses!

La primera mitad de la temporada siempre está opacada por la celebración de los monumentos. Como consecuencia, a mucha gente se le olvida que faltan menos de 3 meses para que se dispute el Tour de Francia 2025.

La Grande Boucle está cada vez más cerca, y sólo 80 días separan a los aficionados de la Grand Départ del 5 de julio. Pero para los aficionados franceses en particular, todos los ojos estarán puestos en la etapa 10, que tendrá lugar el 14 de julio, Día de la Bastilla, una fecha que tradicionalmente tiene un peso emocional adicional durante el Tour.

Mientras que el Tour se asocia a menudo con el calor abrasador del verano, el destino de la etapa 10, Le Mont-Dore, está actualmente cubierto de nieve. Las imágenes publicadas esta semana en las redes sociales oficiales del Tour muestran la cima de la montaña cubierta de blanco, a pesar de ser mediados de abril.

De momento, el espectáculo es impresionante. Puede que incluso Primoz Roglic consiga, por una vez, estar sobre su bicicleta más tiempo que el resto en el Tour, ya que, por supuesto, es un esquiador consumado...

Le Mont-Dore está situado en el corazón del Macizo Central, en la orilla derecha del río Dordoña. Conocido más por sus balnearios termales y sus pistas de esquí que por sus finales de gran vuelta, será la dramática conclusión de un día duro e impredecible sobre el sillín.

La 10ª etapa consta de un recorrido de 163 km desde Ennezat hasta la cima de Le Mont-Dore - Puy de Sancy. El perfil incluye 4.400 metros de desnivel, con nada menos que siete subidas categorizadas. La carretera rara vez es llana, lo que convierte la etapa en un constante sube y baja que podría ver tanto a los especialistas de las escapadas como a los aspirantes a la general pasar a primer plano.

Es un terreno hecho para el caos: subidas fuertes, descensos estrechos y apenas un momento para respirar. Una pesadilla para algunos, un sueño para otros. Con tanta variedad, ofrece una oportunidad real para que los corredores más agresivos y explosivos hagan daño.

Los ciclistas de estilo clásico podrían disfrutar del ritmo de la etapa, pero su dificultad hace que sea casi seguro que se produzcan algunos movimientos clave en la clasificación general o, como mínimo, que los principales contendientes ejerzan una gran presión. A medida que la carrera se acerque a la segunda semana, la clasificación general empezará a tomar forma, y la 10ª etapa podría ser el momento en el que la batalla por el amarillo se encienda de verdad.

Y si la accidentada parte intermedia de la etapa no crea expectación, el final sin duda lo hará. Los últimos 3,3 kilómetros tienen una pendiente media del 8%, una prueba final brutal en la que los principales contendientes se pondrán a prueba unos a otros antes de la llegada de los Pirineos.

Sólo falta que el tiempo acompañe. Por ahora, Le Mont-Dore parece más preparado para la temporada de esquí que para una llegada del Tour de Francia, pero a 89 días del Día de la Bastilla, aún queda mucho tiempo para que la nieve se derrita y las carreteras se sequen. ¿Dará tiempo?