Arnaud De Lie, sobre su victoria en el Tour de Lovaina: "Cuando Zingle se fue a falta de 350 metros, pensé: ¡qué coño!"

Arnaud De Lie demostró una vez más el martes en el Tour de Lovaina el increíble talento que atesora. Después de un día entero al frente del pelotón con sus compañeros de equipo del Lotto-Dstny, que se veían igual de fuertes, remató la faena con una victoria en la carrera antes conocida como Memorial Jef Scherens.

"Definitivamente estoy en el buen camino", comenzó De Lie su entrevista tras la carrera. "Ya tuve muy buenas sensaciones en el entrenamiento en altitud de Livigno, y luego gané mucha confianza en el Tour de Valonia. Allí pude ganar inmediatamente, fue un sueño. El hecho de poder continuar eso aquí es súper bonito", dijo De Lie.

"Conocíamos las carreteras, así que seguimos por los mismos carriles", explicó la táctica de su equipo. "Cuando te sientas atrás, se hace muy difícil. Así se hace una carrera dura, aunque ayuda que tenemos un equipo fuerte con un buen ambiente. Eso es muy, muy bueno", elogió a compañeros como Victor Campenaerts y Arjen Livyns, que pudieron echarle una mano hasta bien entrado el final del martes.

El hombre que se convertirá en una de las puntas de lanza belgas en los próximos Campeonatos de Europa de Ciclismo en Drenthe pareció caer en la trampa de sus compañeros de escapada. "Esprintar en grupo siempre es difícil. Axel Zingle se fue a falta de 350 metros, y yo pensé: 'qué coño, esto está un poco lejos...'". De Lie se rió. "Él también lo vio y paró, pero Stan Van Tricht llegó con mucha velocidad justo en ese momento. Yo también fui a por todas a la meta a partir de entonces, pero las piernas estaban muy bien y así pude ganar".