Arnaud De Lie viajó a Canadá y disfrutó de un fin de semana exitoso, ganando el GP de Québec, y ayer atacando el durísimo GP de Montreal. El belga se mostró muy satisfecho con su estado de forma tras la carrera del domingo;
"Porque quería anticiparme", explica De Lie a Het Nieuwsblad sobre por qué decidió atacar tan pronto. "Pensé que si conseguía treinta segundos, podría poner a todo el mundo un poco nervioso. Nunca se sabe. Al final no conseguí más de diez segundos. Cuando volví al pelotón ya no podía moverme. Me lo pasé bien, pero estaba agotado en la última vuelta".
Debido a cómo se tomó la carrera el UAE Team Emirates, apretando mucho el ritmo desde el principio, los sprinters tenían pocas posibilidades. Sin embargo, De Lie se anticipó a las aceleraciones. En las tres últimas vueltas al Mont Royal se descolgó del pelotón, pero en los descensos lo devolvió en dos ocasiones. En la penúltima vuelta volvió a intentarlo intentando dar caza a Michael Matthews en un ataque infructuoso.
Una carrera muy agresiva del belga, que demostró sus dotes de escalador. "Eso era todo lo que quería hacer aquí. Y lo he conseguido. Con una gran sonrisa en la cara, siempre se puede hacer más. Me encanta correr así. Me sentí muy bien. No creo que muchos chicos de 78 kg acabaran por delante de mí. Esta carrera tiene casi 5.000 metros de desnivel y al final no acabé mal", argumenta.
Acabó en 34ª posición, pero no fue posible mejorar mucho más ante tal despliegue de escaladores y especialistas en clásicas. El corredor del Lotto Dstny aspira a triunfar en los accidentados Campeonatos de Europa de dentro de dos semanas, que tendrán lugar en Drenthe, en un recorrido que se adapta a los corredores explosivos que se embalan al sprint, como él.
"Quiero lanzar los brazos al aire unas cuantas veces más hasta el final de la temporada. Con el equipo belga tenemos el lujo de jugarnos dos súper cartas. Wout [van Aert] gana el Tour de Gran Bretaña, yo gano en Québec. Creo que los dos queremos una carrera dura", concluye.