ANÁLISIS | ¿Por qué es el momento adecuado para que Evenepoel se marche a Red Bull?

Ciclismo
miércoles, 06 agosto 2025 en 14:00
evenepoel
Después de años de rumores, desmentidos y caóticos encuentros con la prensa, la superestrella belga se unirá al Red Bull–BORA–hansgrohe en 2026. El anuncio llega tras la confirmación por parte del Quick-Step de la rescisión anticipada del contrato de Evenepoel, inicialmente vigente hasta finales de 2026. Así se pone fin a una de las sagas de traspasos más prolongadas del ciclismo moderno, convertida en un auténtico culebrón.
Pese a tener solo 25 años, Evenepoel ha llenado su etapa en el Quick-Step con títulos mundiales, triunfos en Grandes Vueltas y algunas lesiones que han marcado su trayectoria. Lo que nunca ha tenido, sin embargo, es un equipo capaz de competir de tú a tú con Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard durante tres semanas. En Red Bull–BORA–hansgrohe, esa realidad podría por fin cambiar. Analicemos uno de los fichajes más largos y esperados de la historia del ciclismo.

Años de rumores que por fin se confirman

Desde su debut profesional con el Soudal–Quick-Step en 2019, Evenepoel fue centro de atención. Su ascenso fue meteórico: ganó por primera vez en mayo, en la Hammer Stavanger, y en cuestión de semanas se llevó la Baloise Belgium Tour, dejando claro que no era un futbolista frustrado convertido en ciclista. Aunque el Quick-Step era históricamente un equipo de clásicas más que de grandes vueltas, Evenepoel cambió esa identidad prácticamente en solitario. La afición belga se ilusionó.
Sin embargo, mientras acumulaba victorias, monumentos, etapas en grandes vueltas, una Vuelta a España, títulos contrarreloj y en línea tanto en Mundiales como en Juegos Olímpicos, la pregunta persistía: ¿sería capaz el Quick-Step de armar un equipo lo suficientemente fuerte para respaldarlo en una lucha real por la general? La respuesta siempre fue negativa.
Ni siquiera los fichajes de Mikel Landa y Valentin Paret-Peintre lograron elevar al Quick-Step al nivel de escuadras como UAE o Visma. Pogacar cuenta con Almeida, Ayuso y Adam Yates; Visma, con Simon Yates, Sepp Kuss, Jorgenson y Van Aert. Nadie tiene ese fondo de armario... hasta ahora. BORA parece dispuesto a construirlo.
En los últimos años, el Quick-Step ha dividido su enfoque, apostando por velocistas como Tim Merlier, pero sin los escaladores ni el presupuesto necesarios para respaldar a un aspirante serio a la general. Su presupuesto ronda los 30 millones de euros, muy por debajo de los más de 40 de Visma o los 50 del UAE. Red Bull–BORA–hansgrohe ya opera en esa misma franja.
Evenepoel, estrella de Red Bull en 2026.
Evenepoel, estrella de Red Bull en 2026.

¿Por qué ahora?

El fichaje de Evenepoel llevaba años gestándose. Ya en 2021, Ralph Denk, jefe del BORA, intentó ficharlo. En aquel momento, Patrick Lefevere —máximo responsable del Quick-Step— buscaba patrocinador, y Denk ofreció un contrato de cinco años e incluso propuso comprar el equipo. Lefevere reaccionó volando personalmente para convencer a Evenepoel, ofreciéndole una renovación por cinco temporadas.
Tenía entonces 21 años y aún se recuperaba de su grave caída en Il Lombardia. Decidió quedarse. Aún estaba aprendiendo a ser profesional y su techo era una incógnita.
Respondió a esa confianza ganando la Vuelta en 2022 y el Mundial semanas después. Pero internamente, las tensiones crecían. Remco y su padre, Patrick (quien gestiona su carrera), reclamaban más apoyo para la general, algo que el equipo no podía brindar.
El abandono del Giro 2023 por enfermedad expuso las grietas. En la Vuelta de ese mismo año, luchó prácticamente solo frente al Visma, que presentó a Kuss, Vingegaard y Roglic. Ellos tenían el bloque, él no. Un mal día en el Tourmalet lo sacó de la lucha por la general.

La fallida fusión con Visma

Tras aquella Vuelta, surgió el intento de fusión entre Visma y Quick-Step. Evenepoel se mostró partidario de unirse al conjunto neerlandés. “Corres con el maillot del Soudal–Quick-Step, pero no sabes si lo seguirás vistiendo el año siguiente”, declaró a Cycling News. “Pero todo está bien si acaba bien”.
Al final, la fusión se desmoronó y Evenepoel permaneció en su equipo. El BORA apostó por fichar a Roglic para 2024, mientras INEOS también intentó —sin éxito— incorporarlo, justo cuando el Quick-Step perdía peso en el ranking WorldTour. Ese invierno, Evenepoel anunció su debut en el Tour de Francia, donde por fin se enfrentaría a Pogacar y Vingegaard. Sin embargo, su rendimiento en el Tourmalet encendió las dudas sobre su verdadero nivel.
El año del cambio: 2024
Mientras el Quick-Step se entrenaba en Mallorca, Denk estaba en EE. UU., vendiendo discretamente una participación mayoritaria del equipo a Red Bull. Con el respaldo del gigante energético, el equipo ganaba recursos y una visión clara: construir un súper equipo en torno a Evenepoel.

El objetivo siempre estuvo claro: ficharlo en 2026.

En su esperado debut en el Tour de Francia, Evenepoel fue tercero en la general, ganó una etapa y se llevó el maillot blanco, silenciando a quienes dudaban de su nivel. Mikel Landa lo respaldó, y eso pudo ser clave para que considerara seguir en el Quick-Step. En París, se colgó dos oros olímpicos y su estatus creció aún más.
Pero el golpe final llegó cuando Lefevere dejó su cargo a finales de 2024. Jorgen Foré tomó el relevo, pero el destino del equipo ya estaba sellado. Denk tenía el dinero, el plan y la paciencia para trabajar en la sombra.
El punto de ruptura
En diciembre, Evenepoel sufrió una caída entrenando y pasó cuatro meses recuperándose de una lesión en el hombro. En el Tour de 2025, abandonó tras tres duros días en los Pirineos, sin apoyo de su equipo en montaña. La lesión influyó, pero el problema era más profundo: seguía sin un bloque a su altura.
Cinco años después, el traspaso, inevitable, se concretó. La semana posterior a su abandono del Tour, el periodista Daniel Benson informó que el fichaje era un hecho. Ayer, se hizo oficial.

¿Cómo lo encajaron Lefevere y el Quick-Step?

Lefevere, clave en la formación de Evenepoel, escribió en redes: “Desde que dejé de ser director general de Soudal Quick-Step, ya no participo en fichajes ni en la gestión del equipo. Según el acuerdo, no tengo autorización para hablar sobre contrataciones, ni siquiera sobre Remco. Por favor, no me llamen. Esta es mi única declaración”.
En Bélgica, la reacción mediática fue mixta. Het Nieuwsblad criticó la forma del traspaso: “Dejar el equipo antes de que acabe su contrato demuestra poco respeto por su empleador. Si lo hubiera hecho al final de 2026, habría poco que reprocharle. Ahora queda un regusto de ingratitud y egoísmo”.
Jan Bakelants, en Het Laatste Nieuws, lo calificó como un “traspaso complejo, casi una adquisición hostil”.
De Morgen fue aún más contundente: “Quien deja el equipo de Lefevere, ahora de Foré, suele rendir menos... Veremos si le sale bien. Como futbolista, su carrera fue cuesta abajo tras cambiar de club”.
Las críticas eran previsibles. Evenepoel es el mayor talento belga de su generación. Perderlo, antes de tiempo y a manos de un equipo con capital alemán, es casi una herida nacional.
¿Quién acompañará a Evenepoel en el Red Bull–BORA–hansgrohe?
No llegará solo. Según La Dernière Heure, lo seguirán su director deportivo de confianza, Klaas Lodewyck, así como su mecánico y su masajista del Quick-Step. También se sumaría Sven Vanthourenhout, arquitecto de sus éxitos en la selección belga. BORA no solo ficha a un corredor: está creando un proyecto a su medida.

Roglic, Lipowitz y el reto interno

En la plantilla ya hay talento de sobra. Roglic, que tendrá 36 años en 2026, demostró en el Tour de este año que aún tiene nivel: fue protagonista en los Alpes y terminó entre los diez primeros pese a llegar mermado tras el Giro.
Pero la gran revelación fue Florian Lipowitz. Tras el abandono de Evenepoel, ocupó su lugar: fue tercero en la general y vistió el maillot blanco hasta París. Es, probablemente, el mejor del pelotón tras Pogacar y Vingegaard, y representa el presente y futuro del BORA.
Completan la nómina Jai Hindley, Dani Martínez y Aleksandr Vlasov.
La convivencia entre Evenepoel y Lipowitz será una de las grandes historias del ciclismo en 2026. Antes de intentar batir a Pogacar y Vingegaard, Remco tendrá que imponerse en su propia casa.
Con Pogacar en UAE y Vingegaard liderando Visma, Evenepoel tenía un solo camino. Para ganar el Tour, necesitaba un equipo a la altura. El Quick-Step nunca pudo ofrecérselo. Y tras años de lealtad, promesas rotas y rumores interminables, tomó la decisión.
Podrá haber críticas por irse un año antes, pero la brecha entre sus ambiciones y la realidad era demasiado grande para ignorarla. Este traspaso llevaba más de cuatro años en marcha. Ahora, es una realidad.
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