Veinte años han transcurrido desde que el mundo del ciclismo perdió a uno de sus más grandes exponentes. Hoy recordamos a
Marco Pantani, quien se escapó para siempre en un trágico 14 de febrero de 2004, dejando un vacío imborrable en el corazón de los aficionados al pedal. A sus apenas 34 años, Pantani aún no había dicho su último adiós oficial al mundo del ciclismo, pero su partida prematura dejó un hueco difícil de llenar en el panorama mundial de este deporte.
Pantani, apodado "El Pirata", fue mucho más que un ciclista excepcional; fue un hombre único que cautivó a toda una nación con su carisma y su habilidad sobre la bicicleta. Recordarlo es remontarse a una época en la que cada pedalada suya era un acto de heroísmo, una gesta que quedará grabada en la memoria colectiva del ciclismo italiano. No en vano, es el último corredor en haber conquistado tanto el
Giro de Italia como el
Tour de Francia en el mismo año, hazaña que logró en 1998 y que lo elevó a la categoría de leyenda.
Marco Pantani, en el Tour de Francia que ganó en 2008.
Pantani no solo destacaba por sus logros deportivos, sino también por su estilo único y su manera apasionada de afrontar las montañas. Era el escalador por excelencia, el hombre que desafiaba los límites de lo posible con cada ascenso. Su legado se mide no solo en victorias numéricas, sino en la admiración y el cariño que despertaba en todos aquellos que lo veían pedalear.
Hoy es día para recordar su grandeza, no queremos entrar en su sanción en el Giro de Italia de 1999 que acabó con su carrera y, a la larga, probablemente también con su vida. Su final estuvo envuelto en una turbulencia y un oscurismo que a día de hoy aún no ha sido clarificado (ni creemos que lo sea nunca). Hoy, como decimos, nos quedamos con el recuerdo del Marco alegre que subía como nadie los puertos y que hizo que muchos niños como yo entonces aprendiéramos a amar el deporte de las dos ruedas.
Gracias, Marco.